Entre los efectos del cambio climático figura un posible aumento de los vaivenes de carácter extremo entre periodos de sequía e inundaciones, un fenómeno denominado en inglés 'weather whiplash' o 'latigazo cervical del tiempo'.
Ahora un estudio publicado por un equipo de investigadores de la Universidad de Kansas sugiere que el denominado latigazo cervical de tiempo en las regiones agrícolas del Medio Oeste conlleva el deterioro de la calidad del agua, obligando a los municipios a buscar remedios costosos para procurar agua potable a los residentes.
"A medida que los patrones de lluvia se modifican con el cambio climático, se prevé que haya más períodos de sequía y más veces exceso de lluvias, en realidad, grandes tormentas", asegura Terry Loecke, profesor asistente de estudios ambientales en la Universidad de Kansas y autor principal de la investigación, citada por la página web de la Universidad y publicada en la revista estadounidense 'Biogeochemistry' ('Biogeoquímica').
Los científicos predicen que este paso brusco de las inundaciones a las sequías estropeará el agua dulce, debido a la gran cantidad de nitrógeno que se utiliza comúnmente en los fertilizantes para la agricultura.
"Los agricultores ponen una cantidad normal de fertilizantes, pero cuando comienza una sequía las plantas no crecen y no absorben mucho nitrógeno. En resultado, en lugar de entrar en las plantas, el nitrógeno permanece en el suelo, y cuando se registran inundaciones, el nitrógeno entra en los arroyos y ríos", explica Terry Loeke, coautor del estudio, el profesor asociado.
En consecuencia, este proceso cambia la composición química del agua, cuya purificación puede costar millones de dólares. En este sentido, si no se toman medidas adecuadas, la cantidad de agua potable puede reducirse drásticamente en el planeta, advierten los expertos.