En una reunión de emergencia que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha celebrado este viernes, la embajadora de Estados Unidos ante ese organismo, Nikki Haley, ha asegurado que su país está preparado para volver a atacar Siria, aunque "espera que no sea necesario".
Asimismo, esta diplomática ha advertido que EE.UU. tenía "pleno derecho" para realizar la ofensiva a la base aérea de Siria en Homs.
Por su parte, desde la Casa Blanca han señalado que el presidente de EE.UU., Donald Trump, no va a hacer públicos sus planes sobre futuras acciones en ese país árabe.
En torno a las 4:40 horas de este viernes, hora local, EE.UU. lanzó 59 misiles de crucero Tomahawk contra la base aérea Shayrat del Ejército sirio, un ataque que causó múltiples muertos y heridos, incluidos civiles y niños.
Los norteamericanos justificaron esa maniobra por el ataque con presuntas armas químicas que sufrió Jan Sheijun (Idlib, Siria) este 4 de abril, en el que habrían muerto entre 58 y 100 personas.
Varios altos funcionarios de Rusia alegan que Washington adoptó esa medida antes de que se investigaran los hechos. Su presidente, Vladímir Putin, y su canciller, Serguéi Lavrov, afirmaron que el motivo fue "una excusa ficticia".