La fragata rusa Admiral Grigoróvich, perteneciente a la Flota del Mar Negro y equipada con misiles de crucero Kalibr, ha vuelto a formar parte de un grupo permanente de la Marina rusa en el mar Mediterráneo después de participar en un simulacro ruso-turco, reza un comunicado del Ministerio ruso de Defensa.
Entre el 3 y el 5 de abril la nave rusa participó en ejercicios navales durante una visita informal de un grupo de buques de la Marina turca en la ciudad rusa Novorossiisk.
Los buques de la clase Admiral Grigoróvich desplazan 4.000 toneladas, alcanzan una velocidad de 30 nudos y poseen una autonomía de 30 días. Su principal arma de ataque, además de los sistemas de defensa antiaérea y las armas antisubmarinas (incluido un helicóptero a bordo) son los lanzadores de misiles de crucero Kalibr-NK.
La fragata rusa lanzó varios misiles de crucero contra las posiciones de los yihadistas en Siria en el marco de la operación antiterrorista llevada a cabo por Moscú en noviembre de 2016.