Gobierno colombiano acuerda un plan de desminado con el ELN en primer ciclo de diálogos

"Trabajaremos en un proceso para desarrollar un programa piloto de desminado humanitario", reza un comunicado divulgado este jueves por delegaciones del gobierno colombiano y el ELN.

El texto fue uno de los avances de las negociaciones iniciadas formalmente hace dos meses en Quito, Ecuador, y fue anunciado junto a dos miembros del secretariado de las FARC: Carlos Antonio Lozada y Pastor Alape, informó la revista Semana.

Según esa misma publicación, el plan piloto podría comenzar en el departmento de Nariño porque es "una de las regiones más afectadas por esos artefactos explosivos" y se seguirá el mismo protocolo de desminado usado durante las negociaciones con las FARC.

El segundo ciclo de conversaciones arrancará en el mes de mayo. La prioridad para esa mesa de diálogo será el desescalamiento de la confrontación y la violencia que ha caracterizado a ese grupo insurgente. Hasta ahora, ambas partes han acordado acciones humanitarias para "proteger a las personas no combatientes y a la población civil, de los efectos que el conflicto armado les causa", refiere El Tiempo.

"Vamos creando un clima para bajarle la intensidad al conflicto", agregó el jefe de la delegación de paz del ELN, Pablo Beltrán, quien se mostró dispuesto a "sincronizar" actual proceso de negociación con el acuerdo alcanzado entre el gobierno y las Farc porque "no se trata de inventar el agua tibia".

Lozada, de las Farc, dijo al respecto: "Es un paso muy importante para lograr la reconciliación que el país necesita". 

¿Paz en ciernes?

Otro de los puntos clave de las conversaciones tiene que ver con el proceso para la participación del ELN en la construcción de paz. Para ello, detalla El Espectador, se han acordado los términos de referencia "con los que trabajará el Grupo de Países de Apoyo Acompañamiento y Cooperación al Proceso de Paz".

La delegación de paz del gobierno estima que hay "avances positivos" en los diálogos, entre los que cuenta la aprobación de un reglamento para las negociaciones; la instalación de mesas paralelas sobre participación política y acciones humanitarias; y la conformación de un fondo de apoyo financiado por los países que respaldan las conversaciones.

El gobierno ha insistido en que la hoja de ruta para la paz tiene un imperativo para el ELN: cesar la política de secuestros, prohibida por el Derecho Internacional Humanitario, así como las acciones armadas que entorpecen el proceso de reparación de víctimas.