Corea del Norte ha estado entrenando en secreto a escuadrones de fuerzas altamente especializadas para secuestrar diplomáticos y turistas occidentales en la frontera surcoreana, informa 'The Independent' citando a Ung-gil Lee, un militar que huyó a Corea del Sur tras servir durante 6 años en una de estas unidades.
Según este, Kim Jong-un planearía hacerse con estos rehenes en caso de que EE.UU. decidiera lanzar un ataque contra su país. El exmilitar, de 37 años, afirma que el presidente Donald Trump solo debería tomar esta decisión en caso de estar totalmente seguro de que va a derrocar al líder norcoreano.
Misiones suicidas
"Teníamos que infiltrarnos en territorio surcoreano, cambiarnos de ropa, entrar en áreas donde había muchos extranjeros y capturar a algunos de ellos", cuenta Lee, quien actualmente trabaja en Seúl como asesor financiero. "Memorizábamos lugares, números de teléfono y las matrículas de los vehículos de las principales embajadas", añade.
Asimismo, el exmilitar revela que los soldados debían llevar veneno consigo para suicidarse en caso de que fueran descubiertos. "Llevaba bromuro de neostigmina y cianuro de potasio. Los que se exponen a estas sustancias mueren de ataques al corazón", explica Lee, calificando estas operaciones como "misiones suicidas". "Obviamente, nuestro objetivo era regresar, pero si esto no era posible, nos decían que debíamos acabar con nuestra vida", indica.
Para este desertor, "es correcto tildar a Corea del Norte como parte del Eje del Mal". "Su líder es peor que todos los malvados dictadores de Libia, Irak y Siria juntos", concluye.