Se trata de un comportamiento nunca visto antes entre insectos, por eso estas hormigas subsaharianas especialistas en cazar termitas han llamado la atención de los científicos y hasta de los medios de comunicación. Y es que los investigadores han podido observar que cuando una de ellas sufre alguna mutilación durante un episodio de caza y se queda por el camino, sus compañeras vuelven a por ella y la llevan de vuelta al nido, para que puedan recuperarse. El descubrimiento quedó recogido en un estudio publicado el pasado miércoles en la revista 'Science Advances', del que informamos en su día.
Sin embargo, la explicación científica tal vez va a decepcionar un poco a los que se hayan conmovido con ese valiente y aparentemente honorable gesto de las hormigas... porque no se trata de empatía, sino de química. Resulta que estos ejemplares de la especie Megaponera Analis, al quedar heridas, producen dos tipos de feromonas (en concreto, disulfuro de dimetilo y trisulfuro de dimetilo) en sus glándulas maxilares, es decir, segregan una substancia a modo de señal para que sus compañeras puedan identificarlas y las recojan. "Es como se emitieran una especie de palabra: 'ayúdame'", dice Xavier Espadaler, un entomólogo del instituto de investigación medioambiental CREAF, en declaraciones recogidas por 'El País'.
No es altruismo, es pragmatismo
Espadaler explica al citado diario que estas hormigas no son necesariamente altruistas, sino que rescatan a sus compañeras porque eso es lo mejor para la colonia. "Son muy pragmáticas, el individuo no tiene prioridad por sí mismo", explica.
La colonia es lo importante, y es por ello, precisamente, que la colonia como conjunto es quien recibe el beneficio de esta conducta: hay que tener en cuenta que casi todas las hormigas rescatadas (el 95%, según las cifras presentadas en el informe) volvieron a estar disponibles para participar en posteriores cacerías, a veces muy pronto, incluso menos de una hora después de sufrir la lesión.
Si las hormigas no llevaran a cabo estos rescates, las consecuencias serían nefastas para la colonia. El estudio, mediante un experimento en el que los individuos lastimados fueron forzados a volver al nido solos, mostró el 32% murieron en el camino, debido principalmente a la depredación por arañas. Sin embargo, cuando tenía lugar el comportamiento de rescate, esa tasa de mortalidad por combate se redujo casi a cero. Ésa reducción de la mortalidad en la colonia es el verdadero motivo de esta conducta de ayuda.
¿Por qué no hacen lo mismo otros insectos?
En esta especie de hormigas se dan algunas condiciones importantes que han favorecido la aparición, el desarrollo y la permanencia de esta conducta de ayuda.
En primer lugar, se trata de una especie que caza en grupo, a la que un comportamiento de este tipo le resulta muy útil. Tal como señala Erik Frank, responsable del estudio, al diario 'El País', "las hormigas que se alimentan de néctar, hojas o semillas son menos propensas a desarrollarlo".
Por otra parte, para que una comunidad de hormigas esté en equilibrio, tienen que nacer tantas hormigas como las que mueren. Resulta que la tasa de natalidad de la Megaponera Analis es relativamente baja (nacen unas 13 hormigas al día) por lo que no pueden permitirse demasiadas "bajas en combate" y es importante que las hormigas heridas se recuperen.