Unos documentos de Naciones Unidas que no han sido hecho públicos en 70 años, demuestran que EE.UU., Reino Unido y los gobernantes soviéticos tenían conocimiento ya en diciembre de 1942 de que al menos dos millones de judíos habían sido asesinados y otros cinco millones se enfrentaban al mismo peligro. Pese a ello, las potencias aliadas hicieron muy poco por tratar de rescatar o brindar refugio a personas en claro peligro de muerte, informa The Independent.
De hecho, un ministro en el gabinete de guerra de Winston Churchill, el vizconde Cranborne, dijo en marzo de 1943 que los judíos no debían ser considerados un caso especial y que el Imperio Británico ya estaba demasiado lleno de refugiados para ofrecer asilo a más personas.
"Las grandes potencias lo comentaron [el asesinato en masa de judíos] dos años y medio antes de que se diera a conocer públicamente", señaló Dan Plesch, autor del recién publicado estudio 'Human Rights After Hitler' ('Derechos Humanos después de Hitler') citado por el diario británico.
"Se suponía que se enteraron de ello cuando fueron hallados los campos de concentración, pero hicieron este comentario público en diciembre de 1942," indicó el historiador.
Plesch, profesor en el Centro de Estudios Internacionales y Diplomacia en la Universidad SOAS de Londres, dijo que las grandes potencias comenzaron a preparar las acusaciones por crímenes de guerra basadas en los testimonios de testigos que se filtraron de los campos de concentración y de los movimientos de resistencia en varios países ocupados por los nazis. Entre sus descubrimientos figuran documentos que culpan a Hitler por crímenes de guerra que datan de 1944.
Plesch destacó que a pesar de disponer de muchas pruebas y de enjuiciar a cientos de nazis, las potencias aliadas hicieron poco para tratar de ayudar a las personas en peligro, en parte por la presencia de elementos antisemitas en el Departamento de Estado de EE.UU que también estaban en contra de procesar por crímenes de guerra a la Alemania nazi.
"Entre las razones dadas por funcionarios políticos estadounidenses y británicos para restringir los procesamientos de los nazis estaba la idea de que al menos algunos de ellos serían necesarios para reconstruir Alemania y enfrentarse al comunismo, que en el momento era visto como un peligro mayor", indicó.