"Buscan anular la ciudadanía británica a la esposa de Al Assad, ¿pero qué pasa con Blair y Cameron?"
"Justo cuando pensabas que la hipocresía y la falsedad de los políticos británicos no podría caer más bajo, surge la propuesta de privar a Asma al Assad, la esposa del presidente de Siria, Bashar al Assad, de su ciudadanía británica", comienza el periodista John Wight su artículo para la columna editorial Op-Edge.
Caso Asma
El vocero de Asuntos Exteriores del partido Liberal Demócrata británico, Tom Brake, afirmó que el Gobierno británico debería adoptar una postura firme hacia la primera dama de Siria e instar a que "o deje de utilizar su posición para defender los actos bárbaros o sea privada de su ciudadanía", ya que Asma al Assad "ha actuado no como una ciudadana particular sino como portavoz de la presidencia siria".
Así, liderados por Brake, los Liberal Demócratas presentaron ante la ministra del Interior del Reino Unido, Amber Rudd, la solicitud de revocar la ciudadanía británica de la esposa de Al Assad, informa 'The Guardian'.
¿Quiénes son los bárbaros?
"Poniendo por un momento a un lado la obvia pregunta de a qué 'actos barbáricos' se refiere precisamente el señor Brake en el contexto de un conflicto en el que está involucrado un país secular, multirreligioso y multicultural que lucha por su sobrevivencia contra la barbarie medieval y el extremismo religioso, ¿seguro que no hay nada más contradictorio que los políticos británicos desatando un 'j'accuse' contra cualquiera cuando se trata de la barbarie?", se pregunta Wight.
El periodista recuerda que el Gobierno británico participó directamente al desatar la agresión "imperialista" contra Irak en 2003, que "arrancó la máscara de la democracia y de los derechos humanos de la cara de la clase gobernante británica para revelar su brutalidad y perfidia". También recordó la involucración del Reino Unido en la destrucción de Libia en 2011 que generó "la peor crisis de refugiados de los tiempos modernos".
"La sangrienta historia de la clase política y gobernante británica es de una magnitud que no tiene precedentes", asegura Wight. Al mismo tiempo, lamenta que los primeros ministros del país Tony Blair y David Cameron ahora disfruten de una "jubilación política obscenamente lucrativa" y no se oyen llamamientos a privarlos de la ciudadanía británica, "dado su papel en la destrucción de Irak y Libia", así como en el caos que ahora reina en Siria.
A su modo de ver, "solo los más ignorantes o malvados podrían poner a Asma al Assad en la misma categoría que Tony Blair, David Cameron o una clase política británica con tanta sangre sobre sus manos colectivas". La primera dama de Siria, al contrario, es "una encarnación de dignidad y coraje en medio del caos en el que el país está sumergido en los últimos seis años".