El "arma más terrible" que el Estado Islámico emplea en Siria
Mientras se desarrolla una guerra informática, la situación en "los frentes de la guerra real en Siria también se han agudizado", afirma el columnista Yevgueni Krútikov en su publicación para 'Vzglyad' sobre la que considera el "arma más terrible del Estado Islámico".
¿Quénes son los 'inghimasi'?
En sus ataques contra las posiciones gubernamentales los islamistas radicales apostaron por una fuerza especial, "incluso su nombre inspira un temor mítico sobre los soldados sirios", señala. Se trata de los 'inghimasi', "una especie de fuerzas especiales del EI". El periodista explica que su nombre proviene del verbo 'irrumpir' y que históricamente se aplica a los atacantes suicidas que se comprometen a matar la mayor cantidad de enemigos posible. Los 'inghimasi' atacan en grupo: o mueren en la batalla o se alzan con la victoria y regresan a su base.
Prohibido morir en la primera batalla
A diferencia de los 'shahid', la inmolación no es su objetivo, sino un medio para una situación crítica: "como cualquier unidad de élite, los 'inghimasi' no deben morir en la primera batalla", explica Krúitikov . Por ese motivo, observa el columnista, estas fuerzas primero dirigen al lugar de la batalla vehículos cargados de explosivos o a los 'shahid', para que "se inmolen en un momento oportuno y de tal modo les despejen el camino". Krútikov destaca además que precisamente los 'inghimasi' son los encargados de llevar las banderas negras de la agrupación para izarlas en las tierras ocupadas.
Los 'inghimasi' se preparan durante largo tiempo para las misiones, pero normalmente no portan armas pesadas. "Sus acciones recuerdan a las tácticas de la Baja Edad Media", asegura Krútikov. De acuerdo con el columnista, se podría repeler a estos combatientes con un par de ametralladores, pero "en las condiciones de Siria, su trabajo ha provocado temor y estupor en las tropas gubernamentales".
"El fanatismo extremo y la completa falta de entrenamiento militar (en el sentido europeo) de estos combatientes realmente impresionó a los soldados alauitas, chiítas y cristianos, propensos al misticismo. Incluso se registraron ataques de pánico colectivo" ante su presencia, señala el periodista.
Los 'inghimasi', asegura, "se convirtieron en una especie de mito", mientras que su presencia en el frente "llegó a ser más un arma psicológica que de combate", y se requirió bastante tiempo para que los soldados sirios dejaran atrás estos "temores míticos". Finalmente, Krútikov afirma que ciertos datos reflejan que la presencia de las fuerzas especiales rusas, su "ejemplo personal y buena palabra" han 'reeducado' a varias brigadas de las fuerzas sirias".