La empresa Uber y su director ejecutivo, Travis Kalanick, acaparan nuevamente el foco de atención por supuestas prácticas comerciales maliciosas. Esta vez, la compañía ha sido acusada de espiar usuarios de iPhone mediante su aplicación móvil, y de ocultar esta práctica de Apple. Al parecer, Uber identificó durante 2014 y 2015 los iPhones de sus conductores por medio de una 'huella' digital, que permitía que la compañía de transporte rastrear los 'smartphones' incluso luego de que la aplicación hubiera sido borrada por completo del dispositivo.
Debido a que los términos de servicio de Apple prohíben esta práctica, Uber procedió a enmascarar el código de su aplicación de la App Store con una técnica denominada 'geovalla': cada vez que una persona localizada físicamente en la sede de Apple se disponía a ver el código fuente de la 'app' de Uber, esta le mostraba un código falso sin la 'huella' digital.
Sin embargo, los ingenieros de Apple posteriormente detectaron un comportamiento sospechoso en la aplicación de Uber, que luego suscitó el descubrimiento del esquema de rastreo. La situación escaló hasta la oficina de Tim Cook, el director ejecutivo de Apple, quien convocó a Kalanick a su despacho para darle un ultimátum: o terminaba esa práctica inmediatamente o su aplicación sería eliminada de App Store.
Según fue expuesto por 'The New York Times', la motivación de Uber tras este esquema era prevenir la creación de cuentas falsas de usuarios inescrupulosos que pretendían aprovecharse del sistema de incentivos de la compañía. Por su parte, Uber, que anteriormente había sido acusada de recoger datos personales de usuarios, indicó a TechCrunch que efectivamente utiliza una forma de 'huella' digital, pero que esta es conforme a las reglas de Apple y "no rastrea usuarios individuales si ya han borrado la aplicación".