Una paciente diagnosticada con esclerosis múltiple buscó en la medicina una mejora a su calidad de vida. Lo que nunca imaginó es que se iba a encontrar con un doctor que le prescribiría un tratamiento criminal.
"Confía en mí, soy médico, te ayudará a recuperar tu sensibilidad", le dijo supuestamente Kwame Somuah-Boateng, urólogo ghanés de 43 años, residente en el Reino Unido, al proponerle mantener relaciones sexuales para mejorar su condición. De esa manera, aseguró, iba a "recuperar las sensaciones en la vagina" y ayudaría a fortalecer los "músculos pélvicos", con lo que podría "sentirse normal, como una mujer".
"El tratamiento", que comenzó en julio del 2012 en el Hospital Universitario Croydon del sur de Londres, llegó a la Justicia británica, donde se revelaron nuevos detalles del caso, detalló el diario 'The Telegraph'. En ese momento, Somuah-Boateng le dijo presuntamente a la mujer, de 30 años, solo conocida como 'Paciente A', que quería casarse y tener un hijo, pese a que ya tenía una esposa y dos hijas en Ghana.
Photos Of The Ghanaian UK Doctor, Kwame Somuah-Boateng Who Impregnated A Female Patient & Tried To Dump Her pic.twitter.com/Q4SXoEnGly— Ghana Vibes (@GhanaVibes) 23 de abril de 2017
El supuesto tratamiento se extendió durante seis meses, hasta que el hombre creyó que su paciente podría estar embarazada. Por eso, cortó la relación y le advirtió que su esposa mataría al bebé si naciera, lo que llevó a la 'Paciente A' a practicar un aborto. Después de eso volvieron a tener relaciones.
Declaraciones judiciales
"Pensé que la relación era normal. Me hizo sentir segura y pensar que no podía hablar sobre mi condición con mi familia ni mis amigos", declaró la mujer, quien agregó que la primera vez que tuvieron relaciones, Somuah-Boateng le dijo: "Confía en mí, soy doctor. Te ayudará a recuperar tu sensibilidad". "Yo quería tener sexo con él porque creí que me ayudaría", continuó la demandante.
Sin embargo, el profesional negó haber tenido contacto con la paciente, incluso, la acusó de haberlo contactado para mantener relaciones. Por último, rechazó haberle suministrado medicamentos.
El caso, que ha causado conmoción en el Reino Unido, aún continúa su curso en el juzgado.