Casi 100 días después de su toma de posesión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su secretario de Comercio, Wilbur Ross, siguen cometiendo un error que revela su "analfabetismo económico", asegura el economista Jeffrey Sachs.
Sachs, considerado uno de los principales expertos en el desarrollo económico internacional, destaca que la Administración de Trump culpa del déficit comercial de EE.UU. a las presuntas prácticas comerciales injustas de Alemania y China —cuando es fruto del bajo y decreciente nivel de ahorro norteamericano— y "la aceptación de esa ignorancia económica puede conducir al desastre".
"Ni siquiera Trump puede cambiar esto"
Este especialista recuerda que la balanza por cuenta corriente es igual al ahorro menos la inversión y que, salvo una discrepancia estadística entre el producto interior bruto (PIB) y el producto nacional bruto (PNB), es una teoría real para cualquier ideología que ni siquiera Trump puede cambiar.
Así, Sachs recuerda que un Estado tiene déficit comercial si la inversión nacional excede al ahorro y un superávit si sucede lo contrario. A pesar de ello, el inquilino de la Casa Blanca "amenaza con comenzar una guerra comercial por el déficit que refleja el propio desequilibrio entre el ahorro y la inversión de EE.UU.".
Populismo al estilo de EE.UU.
Para Jeffrey Sachs "no resulta difícil" ver el motivo por el cual EE.UU. "arrastra un déficit comercial crónico": el ahorro nacional —la suma del ahorro privado más el ahorro gubernamental, medida como una proporción del PNB— "ha decrecido significativamente en los últimos 30 años", en su mayoría por "el descenso en el ahorro gubernamental".
"Todos los presidentes a partir de Ronald Reagan" prometieron rebajas de impuestos que redujeron las rentas públicas. Así, "tanto los demócratas como los republicanos practican un populismo al estilo estadounidense: recortan impuestos de manera reiterada, incrementan la deuda pública —desde el 35 % del PIB en 2007 hasta el 74 % a finales de 2015— y culpan a otros de su lento crecimiento, cuyo origen es el bajo ahorro y las escasas tasas de inversión", concluye Sachs.