¿Cómo atender a los refugiados centroamericanos en México?

Después de 17 años de ausencia, el Servicio Jesuita a Refugiados regresa a México para atender la crisis de refugio y de migración que afecta a la región.

A causa de la crisis migratoria, el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), una obra jesuita fundada en los años 80 del siglo pasado por la Compañía de Jesús, vuelve a operar después de 17 años de inactividad en México debido al incremento de la necesidad de protección y refugio de personas centroamericanas.

La violencia que se ha desatado en Centroamérica, especialmente en Honduras y el Guatemala, ha provocado que miles de personas se vean forzados a migrar hacia México buscando mejores condiciones de vida.

En conferencia de prensa, Arturo González González, director del SJR, mencionó que en los últimos cinco años México ha pasado de ser un país de tránsito a un país de destino. Citando a la Comisión Mexicana de Ayuda para los Refugiados (Comar), González González indicó que de 2015 a 2016 se produjo un aumento del 156% en solicitudes de refugio en México, y que aunado a esta situación se inserta la grave crisis de derechos humanos que azota a México desde el sexenio del presidente Felipe Calderón con más de 100.000 muertes violentas.

La situación de refugio a nivel regional

Mauricio García, director del SJR en Colombia, Latinoamérica y el Caribe, presentó tres grandes retos a nivel regional, que se traducen en flujos migratorios: el de los centroamericanos, haitianos y venezolanos, con énfasis en este último, ya que al menos 2 millones de ciudadanos de ese país han migrado hacia Chile, Perú, República Dominicana, Panamá, Colombia y México.

Explicó que la violencia y la escasez de medicinas han provocado que este flujo silencioso de personas vaya hacia otras partes del continente

Actualmente el SJR cuenta con once oficinas regionales y tiene presencia en 58 países. Trabaja con más de 500.000 personas desplazadas forzadamente en el mundo y contribuye a garantizar el acceso a derechos y a cubrir necesidades básicas como la educación y la nutrición, así como la integración de las personas a los países que los reciben. 

En México el Servicio Jesuita a Migrantes y el Servicio Jesuita a Refugiados trabajan de la mano para ofrecer estos servicios en la frontera sur del país. 

Al-Dabi Olvera