Revelan el posible origen de un misterioso resplandor en el centro de la Vía Láctea
Un resplandor misterioso de rayos gamma registrado en el centro de la Vía Láctea no se debe a la descomposición de la materia oscura como se pensaba, sino a la presencia de varios centenares de púlsares, restos de estrellas antiguas colapsadas.
Así lo ha concluido un grupo internacional de astrofísicos tras analizar los datos del telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA. En concreto, los investigadores utilizaron para su estudio el instrumento principal del Fermi: el telescopio de gran área ('Large Area Telescope') LAT, sensible a los rayos gamma.
Los púlsares son núcleos extremadamente densos y rápidamente giratorios de estrellas colapsadas hasta 30 veces más masivas que el Sol.
La naturaleza de la materia oscura sigue esperando luz
Los nuevos hallazgos, presentados a la revista 'The Astrophysical Journal' para su publicación, ponen en duda las teorías vigentes de que la señal era un signo potencial de materia oscura, la sustancia que impregna el cosmos pero sigue siendo 'terra incógnita' para los científicos debido a que es invisible para el ojo humano e indetectable para los instrumentos de medición modernos.
El investigador del Instituto Kavli de Astrofísica y Cosmología de Partículas (EE.UU.) y director del análisis Mattia Di Mauro explicó que el estudio "demuestra que no necesitamos materia oscura para comprender las emisiones de rayos gamma de nuestra galaxia".
En cambio, añadió el científico, "hemos identificado una población de púlsares" en la región alrededor del centro galáctico, que "arroja nueva luz sobre la historia de formación de la Vía Láctea".