Las élites norcoreanas se inclinan cada vez más a creer que Kim Jong-un es un líder débil, apunta un informe publicado por la corporación RAND, uno de los principales laboratorios de ideas y estudios de las agencias de Inteligencia y de defensa de EE.UU., después de entrevistar a varios desertores norcoreanos, informa CNBC.
"Kim Jong-un aparece ante las élites como un líder cada vez más ineficaz y no como uno particularmente bueno, que es como, probablemente, es visto ahora", escribe el analista Bruce Bennett. "Aparte de las armas de Corea del Norte y de los misiles balísticos de este régimen, Kim Jong-un no tiene mucho más para sentirse empoderado", añade.
Asimismo, el informe apunta que si el líder norcoreano muriera repentinamente, las élites del país no escogerían como su sucesor a un miembro de su familia, terminando así con su dominio político desde que se fundara el Estado hace más de medio siglo. "Las élites de Corea del Norte han pasado a ser emprendedoras", destaca Bennett, añadiendo que estas "buscarían establecer una economía como la china".
¿Unificación a la vista?
En lo que se refiere a la unificación de la península coreana, los entrevistados destacaron la necesidad de trabajar en cinco áreas políticas para que la élite norcoreana se muestre favorable a ella: seguridad individual, mantener su posición, mantener su riqueza, asegurar su seguridad familiar y que sean capaces de hacer algo significativo para su país.
En analista destaca que "la clave" pasa por "ganarse" a las élites norcoreanas —que no ven futuro con Kim y se estiman en cientos de miles— en lugar de castigarlas severamente por formar parte del régimen.