El 'avión del juicio final': Así es la aeronave que protegerá a Trump en caso de una guerra nuclear
Donde sea que esté en el mundo el Air Force One, avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que transporta al presidente de los Estados Unidos, un Boeing E-4B, conocido como el 'avión del juicio final' ('doomsday', en inglés), lo sigue de cerca.
Se trata de un Boeing 747 especialmente modificado que escolta al presidente de EE.UU., sobre todo cuando viaja al extranjero. En la flota aérea de Estados Unidos hay cuatro aeronaves de este tipo.
Los E-4B están equipados como centros de mando completos para el presidente y altos funcionarios, incluyendo al secretario de Defensa y a los jefes del Estado Mayor Conjunto en caso de una guerra nuclear o una emergencia nacional. Estas aeronaves tienen características únicas que no pueden ser comparadas con las ningún otro avión que utilice la Fuerza Aérea estadounidense.
Los 'aviones del juicio final' han estado en servicio durante la Guerra Fría desde la década de 1970, como una de las mejores maneras de mantener al presidente a salvo de un posible ataque nuclear. Cuando están en vuelo, las aeronaves, también conocidas como Puesto de Mando Aerotransportado Avanzado, tienen un equipamiento especial y la capacidad de comunicarse con cualquier persona desde cualquier parte del mundo.
Su diseño le permite sobrevivir a un fuerte pulso electromagnético con todos los sistemas intactos. El E-4B, que cuenta con tres cabinas, es capaz de operar con una tripulación más grande que cualquier aeronave de la historia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos: 112 personas. Además, dispone de una antena que mantiene al presidente comunicado con la flota de submarinos nucleares, incluso si las comunicaciones terrestres son destruidas.
Estos aviones también son capaces de hacer reabastecimiento en vuelo y de permanecer en el aire y en funcionamiento hasta más de 35 horas, aunque han sido diseñados para operar en vuelo durante una semana completa.
Los E-4B se encuentran apostados cerca de Omaha, Nebraska, en la base aérea de Offutt. Uno de los aviones se mantiene en marcha en todo momento, con el motor funcionando las 24 horas del día en la base, cuando el presidente se encuentra en territorio nacional. Si ocurre una emergencia, el avión está listo para servir casi inmediatamente al mandatario.