Survival International ha concedido al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) el premio al "Mejor lavado de imagen ecológico del año", un galardón que concede anualmente a empresas u organizaciones que disfrazan la destrucción de las selvas de los pueblos indígenas de conservación de la naturaleza.
Según explica la ONG, WWF se ha asociado con siete empresas madereras, que han explotado casi cuatro millones de hectáreas de selva que pertenecen a los indígenas bakas y bayakas de África Central, argumentando que este tipo de colaboraciones tienen como fin "expandir la gestión forestal sostenible".
Acusados de tala ilegal
Sin embargo, Survival International, cuya misión es la de proteger los derechos de los pueblos indígenas y tribales en todo el mundo, denuncia que todos los nuevos socios de WWF – los grupos Bolloré, Danzer, Decolvenaere, Pasquet, Rougier, SEFAC y Vicwood – han sido acusados de tala ilegal. Además, ninguno de ellos ha recibido el consentimiento de los indígenas para trabajar en sus territorios, algo que viola las propias políticas de WWF.
"Quizás los simpatizantes de WWF se sorprendan al conocer que trabaja de forma tan estrecha con las madereras que están destruyendo una de las grandes selvas tropicales de la Tierra. Los pueblos indígenas de la Cuenca del Congo, sus guardianes originarios, están siendo apartados de ellas y sus sociedades destruidas", ha explicado Stephen Corry, el director de la ONG.
En este sentido, el segundo "premio" de Survival ha sido para la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) por sus actividades en la Cuenca del Congo. En este caso, la organización ha decidido asociarse con dos grupos madereros – Danzer y Olam –, que tampoco han obtenido el permiso de los pueblos indígenas y tribales para trabajar en las áreas en las que habitan.
Otras polémicas de WWF
Según la ONG, son muchas las organizaciones supuestamente dedicadas a la conservación de la naturaleza que están llevando a cabo este tipo de prácticas. "Por toda África y Asia, las grandes organizaciones de la conservación de la naturaleza están asociándose con la industria y el turismo, y están destruyendo a los mejores aliados del medioambiente. Es una estafa y está perjudicando la conservación de la naturaleza", ha añadido Corry.
No es la primera vez que WWF se ve envuelta en este tipo de polémicas. Ya en el 2011, la ONG medioambiental Global Witness denunció que este tipo de asociaciones permiten a algunas empresas miembro "beneficiarse de la asociación con WWF y su icónica imagen de marca del Panda a la vez que siguen talando de forma insostenible, convirtiendo los bosques en plantaciones o comerciando con madera de origen ilegal".
Además, el pasado mes de enero, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aceptó investigar la financiación por parte de WWF de patrullas antifurtivos que supuestamente atacaban y saqueaban a la tribu de pigmeos bakas en Camerún. En su denuncia ante la OCDE, Survival aportó varios casos de "arrestos, palizas, torturas e incluso muerte", que llevan produciéndose desde hace años, según la ONG, así como recientes "ataques con machetes" hacia los indígenas.