La construcción de un nuevo submarino de propulsión nuclear y de inteligencia sísmica ruso comenzará en el año 2020, según el constructor general de la oficina de diseño Rubín, Evgueni Toporov, informa el periódico ruso 'Izvestia'. Se espera que el buque permita descubrir nuevos yacimientos de hidrocarburos y otros minerales, así como examinar el fondo marino para la construcción de fábricas.
La nueva unidad militar estará equipada con sensores sísmicos en las alas, las cuales permitirán estudiar no solo las profundidades acuáticas sino también crear un modelo tridimensional del fondo del mar. Los mecanismos de las alas –normalmente escondidos entre la proa y la popa del submarino– serán capaces de "extenderse como unas aletas y convertirse en una superficie que escanea" y analiza cientos de metros cuadrados, según Toporov.
- Desplazamiento: < 14.000 toneladas.
- Autonomía: 90 días
- Tripulación: 40 personas
- Profundidad de sumersión: 400 metros
- Armas a bordo: no hay
El submarino está siendo desarrollado en el marco del proyecto Iceberg –único en su clase–, que implica la creación de toda una red de plataformas de perforación, robots, complejos submarinos y reactores nucleares autónomos. El buque costará un 60% menos que un submarino de guerra por la ausencia de armas abordo.
Aunque el proyecto del buque se presente como civil, los expertos creen que el nuevo barco cumplirá objetivos militares. El profesor de la Academia de Ciencias Militares de Rusia Vadim Koziulin afirma que el novedoso submarino también podrá usarse para controlar la actividad militar de otros Estados en aguas territoriales rusas.