Los franceses están llamados de nuevo a las urnas este domingo, 7 de mayo, en la segunda vuelta de las elecciones francesas, para elegir entre dos candidatos con filosofías y personalidades completamente antagónicas: el centrista Emmanuel Macron, que se presenta con su plataforma política En Marche!, y Marine Le Pen, la candidata del partido de extrema derecha Frente Nacional.
Cabe destacar que ninguno de los partidos tradicionales franceses estarán presentes en esta tanda, algo que no sucede desde 1958, cuando se instauró la V República, que dio paso al actual sistema de dos vueltas. Además de favorecer que los partidos tradicionales hayan gobernado Francia durante estos años, este método ha acabado con cualquier opción de los partidos de extrema derecha y extrema izquierda en la segunda vuelta, algo que, sin embargo, todavía está por decidir en estas elecciones, las más atípicas de la historia reciente del país.
Para encontrar unos comicios similares tendríamos que remontarnos a 2002, cuando el padre de Marine Le Pen se disputó la segunda vuelta de las presidenciales frente al candidato conservador, Jacques Chirac. Los Republicanos derrotaron por amplia mayoría al Frente Nacional: Chirac pasó del 20% del voto en la primera vuelta al 80%, mientras que Jean-Marie Le Pen apenas consiguió sumar 700.000 votos más. Sin embargo, han pasado 15 años desde entonces, y ni la Europa ni la política francesa actuales tienen nada que ver con las de aquellos años.
Las propuestas de los dos candidatos
- Emmanuel Macron, de la plataforma política En Marche!
El exministro de Economía del Gobierno de Hollande consiguió el 24,01% de los votos en la primera vuelta, celebrada el 23 de abril, y se perfila de nuevo como el gran favorito para alcanzar el Elíseo. Macron, de 39 años, comenzó su carrera política en solitario en agosto pasado, cuando rompió con los socialistas para fundar su propio movimiento socioliberal, con el que propone reducir las regulaciones estatales en la economía a la vez que promete proteger a los trabajadores.
Además, el exbanquero es un fiel defensor de la UE y el Mercado Único. Entre sus principales propuestas, se compromete a reducir la tasa de empleo hasta el 7% (frente al 9,7 actual), no tocar la edad de jubilación y subir 100 euros al mes las pensiones y los salarios. Su programa contempla también un plan de inversiones de 50.000 millones de euros en el sector de la industria, la energía, el transporte, la ecología y la agricultura.
- Marine Le Pen, del partido político Frente Nacional
La hija del fundador del Frente Nacional consiguió en la primera vuelta de las elecciones francesas el 21,3% de los votos, mejorando los resultados de su padre. Le Pen, de 48 años, defiende un fuerte proteccionismo económico frente a la globalización, a la que culpa de la difícil situación económica en Francia. Para ello, la también diputada europea, propone limitar la inmigración, erradicar el islamismo, abandonar el euro y convocar un referéndum para la salida de Francia de la UE.
Además, otras de sus propuestas son crear una tasa del 10 por ciento a las empresas instaladas en Francia que contraten trabajadores extranjeros - ya sean de la UE o extracomunitarios - y la imposición de un impuesto del 3 por ciento a la importación de bienes y servicios. Además, aboga por derogar la última reforma laboral, mantener la jornada de 35 horas semanales y bajar la edad de jubilación a los 60 años.
Las claves de esta vuelta: la abstención y los indecisos
La mayoría de los sondeos dan la victoria a Macron, que obtendría aproximadamente 20 puntos de diferencia frente a Le Pen. Según la encuesta de Elabe para BFM TV y L’Express, publicada el martes, el líder de En Marche! conseguiría el 59% de los votos este domingo frente al 41% de Le Pen. Otros encuestadores ofrecen porcentajes similares.
En este sentido, se espera que Macron recoja la mayor parte de los votos de los socialistas y los republicanos, cuyos candidatos, Benoît Hamon y François Fillon, respectivamente, fueron eliminados en la primera vuelta y han pedido el voto para el candidato centrista. También lo ha hecho el sindicato CFDT, uno de los principales del país.
"Salvo Mélenchon, que lo deja en manos de la militancia, la mayoría de candidatos que han perdido en la primera vuelta han anunciado que van a apoyar a Macron. Que los candidatos animen a su electorado a que voten a un candidato u otro no garantiza que la población vaya a votarles, pero el aire que se respira es de que va a haber una victoria de Macron", explicó a RT Miguel Ángel Benedicto, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea.
Así, lo que hagan finalmente los votante de Jean-Luc Mélenchon, del partido Francia Insumisa, puede variar considerablemente los resultados de estos comicios. El candidato izquierdista ha pedido a sus simpatizantes que no voten a Le Pen, pero les ha invitado a la abstención o al voto en blanco, la misma línea que ha seguido el sindicato CGT. Una situación que no beneficiaría a Macron, teniendo en cuenta que Mélenchon obtuvo más del 19% de los votos el pasado 23 de abril.
De esta manera, según los sondeos, el candidato de En Marche! podría añadir a los 8,6 millones de votos que obtuvo en la primera vuelta, dos tercios de los votantes de Benoît Hamon (1,6 millones), un 40% de los de Fillon y un 45% de los que se decantaron por Mélenchon, unos seis millones más. En total, estaríamos hablando de una base electoral de 16 millones de votos.
Por su parte, la candidata del Frente Nacional podría sumar a los 7,6 millones de votos que obtuvo en la primera vuelta, un tercio de los votantes de Fillón (2,4 millones) y un 20% de los de Mélenchon (1,5 millones). Pero no hay que olvidarse de que el eurófobo Dupont-Aignan, que obtuvo 1,7 millones de votos el 23 de abril, ha llamado a votar por la candidata del Frente Nacional, que ya ha anunciado que si gana le nombrará primer ministro. En total, Le Pen podría contar con una base de más de 13 millones de votantes.
Por ello, el porcentaje de abstención y el voto en blanco serán decisivos en esta segunda vuelta, y podrían beneficiar a la candidata del Frente Nacional. El 23 de abril, 37 millones de franceses ejercieron su derecho a voto, lo que supone un 77% del censo electoral. De ellos, aproximadamente un millón votó en blanco y el 20% decidieron su candidato en los últimos días. En esta ocasión, según las encuestas, tampoco el 20% de los franceses ha decidido su voto y un 30% podrían abstenerse, lo que supone un 10% más que en 2012.
Las elecciones francesas en clave europea
Por su parte, la UE está muy pendiente de los resultados de estas elecciones. Cabe destacar que en la primera vuelta, el 40% de los votantes se decantó por opciones políticas que contemplan un referéndum para la salida de Francia de la UE, como fue el caso de Le Pen y Mélenchon.
Así, después del voto que dio la victoria al Brexit y al presidente estadounidense, Donald Trump, el triunfo de Macron sería una gran noticia para los dirigentes europeos. De hecho, tras conocerse los resultados de la primera vuelta, los líderes europeos rompieron su habitual silencio en otros procesos electorales para felicitar a Macron y darle ánimos en su carrera al Elíseo.
.@JunckerEU a félicité @EmmanuelMacron pour son résultat au premièr tour et lui a souhaité bon courage pour la suite. #Presidentielle2017— Margaritis Schinas (@MargSchinas) 23 de abril de 2017
"La UE puede estar de enhorabuena con la victoria de Macron en la primera vuelta. Es el candidato de las instituciones, el más europeísta, el que apuesta por una Europa más integrada. También es el candidato de los mercados. Estamos viendo como el euro está subiendo", afirmó Benedicto tras conocerse que Macron y Le Pen pasaban a la segunda vuelta.
En el lado opuesto, la candidata del Frente Nacional, cuya victoria supondría un duro golpe para el futuro de la UE, además de hacer temblar los mercados. Por un lado, confirmaría el auge de los partidos 'antiestablishment' en Europa y, por otro, pondría de nuevo entre las cuerdas a las instituciones europeas, que difícilmente podrían soportar otro referéndum para abandonar la UE, cuando todavía tienen por delante la difícil tarea de negociar con Reino Unido su salida del bloque.
Las legislativas de junio: decisivas para formar gobierno
El siguiente reto para el candidato que se alce con el triunfo en la segunda vuelta serán las elecciones legislativas, que también se celebran en dos tandas, el 11 y el 18 de junio. Del resultado de estos comicios, dependerá que el presidente electo pueda o no formar gobierno. Y en este sentido, es poco probable que alguno de los dos candidatos pueda obtener la mayoría, establecida en 289 votos.
"Las elecciones legislativas son muy importantes. Francia es un sistema semipresidencialista. Es decir, el presidente es elegido por sufragio universal directo, pero hay un sistema de contrapesos complejo. Luego el presidente designa al primer ministro y a propuesta de éste a su gobierno. Pero ese gobierno tiene que ser ratificado por la Asamblea", explicó el profesor de Relaciones Internacionales, que hace hincapié en que para gobernar Francia "es necesario tener a una mayoría parlamentaria que te ayude a sacar adelante tu programa político".
Así, Macron, con su recién nacido movimiento, necesitaría construir una mayoría entre los candidatos de su partido que consigan escaño y sumar, además, diputados de centro de ambos lados del abanico político. Por su parte, Le Pen, que cuenta actualmente con dos diputados en la Asamblea Nacional, tendría todavía más difícil poder conformar un gobierno, teniendo en cuenta que ninguno de los principales partidos ha pedido el voto para ella en esta segunda vuelta.
Fin del bipartidismo en Francia
Sea quien sea el ganador, lo que ya es un hecho es que estas elecciones presidenciales han puesto fin al bipartidismo reinante en Francia, donde los partidos tradicionales han gobernado el país durante los últimos 50 años. De hecho, en la primera vuelta, el Partido Socialista y Los Republicanos solo consiguieron sumar poco más del 25% de los votos, frente al aproximadamente 45% que obtuvieron en la misma ronda en las elecciones de 2012.
Este datos, en parte, se explican por el debacle del candidato socialista, Benoît Hamon, que solo consiguió el 6,35% de los votos. Se trata del peor resultado de la historia reciente de los socialistas franceses, fruto de la mala gestión realizada por el presidente Hollande, quien hace cinco años, obtuvo un 28,83% de los votos en la primera vuelta.
"Está claro que hay un cansancio hacia las élites políticas tradicionales. Ya lo hemos visto en otras elecciones, como con el Brexit o con la victoria de Trump en EEUU. Ese cansancio se refleja también en los resultados de esta primera vuelta en las elecciones francesas, con esa no entrada de los dos grandes partidos tradicionales en la segunda vuelta, algo que no había ocurrido en la V República", aseguró Benedicto.
La crisis de los partidos tradicionales en Francia, al igual que en muchos países europeos, solo se explica a través del análisis de una situación económica en la que los franceses no han experimentado ni mejorías ni cambios sustanciales en sus vidas en los últimos años. Además, un año y medio de atentados terroristas en el país han alterado notablemente los nervios de los ciudadanos, obligados a vivir bajo un estado de emergencia.
María Jesús Vigo Pastur