Un secreto de la investigación de la masacre que dejó 14 muertos y 22 heridos en San Bernardino (California) en diciembre del 2015 ha sido desvelado durante una reciente reunión del Comité Judicial del Senado. La senadora Dianne Feinstein declaró que la Oficina Federal de Investigación (FBI) pagó 900.000 dólares para acceder a los datos guardados por el atacante principal, Sayed Farook, en su dispositivo móvil.
El sitio web Apple Insider recoge esta emotiva declaración, en la que la mujer admite que quedó impactada por aquel tiroteo y acto seguido atribuye al director del FBI, James Comey, "la propuesta para permitir que ese dispositivo esté abierto".
El presunto autor intelectual del ataque, Sayed Farook, de 28 años, quien lo perpetró junto a su mujer, se inspiró en las ideas extremistas de la yihad. Dado que ambos atacantes murieron cuando intentaban detenerlos, 'hackear' el teléfono inteligente era imprescindible para detectar si mantenían contactos con grupos radicales islámicos dentro de Estados Unidos o en el extranjero.
Feinstein ha indicado en la audiencia que supo "con posterioridad de algunas de las razones" de aquella operación informática y que, a su juicio, "había buenas razones para acceder a ese dispositivo". La compañía fabricante, Apple Inc., percibió de otra manera la solicitud de los agentes federales cuando buscaron su colaboración. El inicio del año 2016 estuvo marcado por la batalla que mantuvo el equipo de Tim Cook con el FBI en los tribunales y los medios para defender la privacidad de sus clientes.
La suma que abonaron las autoridades estadounidenses para esquivar la disputa con Apple sobre la 'puerta trasera' de los iPhones no figuró en ninguna declaración pública antes de esta audiencia en el Senado. El director del FBI no ha confirmado la cifra, ni tampoco ha refutado la información ofrecida por la senadora Feinstein. La revelación ha tenido lugar en su presencia, después de que presentara a los legisladores un reporte sobre la aportación de su servicio en la seguridad nacional.
A comienzos de febrero pasado se supo que la empresa de 'software' forense que finalmente había ayudado a la investigación 'hackeando' el iPhone 5C de Farook era israelí y se llamaba Cellebrite. Posteriormente el pirata informático identificado como 'Backdoorz' pudo acceder a la herramienta del 'hackeo' israelí, e hizo pública la información relacionada con el análisis forense.