Turquía ha expresado su decepción por la decisión estadounidense de enviar armas pesadas a militantes kurdos en Siria. El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido a EE.UU. que anule "inmediatamente" su decisión de ampliar el apoyo a las Unidades de Protección Popular (YPG, en kurdo), declarando que es inaceptable que un aliado de la OTAN apoye a "grupos terroristas".
Esperamos que EE.UU. ponga fin a este error
Según el ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, cada arma entregada a las fuerzas kurdas "representa una amenaza para Turquía". "Si apoyamos la integridad territorial de Siria, debemos aprender de los errores que cometimos en Irak y abstenernos de hacer cualquier movimiento equivocado. El YPG y el PKK [el Partido de los Trabajadores del Kurdistán] son la misma entidad, no hay ninguna diferencia entre ellos", dijo Cavusoglu.
"No podemos aceptar la presencia de organizaciones terroristas que podrían amenazar el futuro del Estado turco. Esperamos que Estados Unidos ponga fin a este error", afirmó, a su vez, el viceprimer ministro turco, Nurettin Canikli. Aunque el YPG es un aliado de Estados Unidos en Siria, Ankara lo percibe como una extensión del PKK, considerado como grupo terrorista tanto por Turquía como por EE.UU.
El secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que el país norteamericano "está comprometido a prevenir riesgos de seguridad adicionales y proteger a su aliado de la OTAN".
Por su parte, los kurdos elogiaron la decisión de Washington, afirmando que aumentaría la capacidad del grupo para "combatir el terrorismo". "Creemos que, de ahora en adelante y después de esta decisión histórica, el YPG desempeñará un papel más fuerte, influyente y decisivo en la lucha contra el terrorismo a un ritmo acelerado", declaró en un comunicado el portavoz del YPG, Redur Xelil.