Una isla japonesa proscribe a las mujeres, está llena de ratas y sería Patrimonio de la Humanidad
Con solo 80 hectáreas, la isla japonesa de Okinoshima es una de las reservas del sintoísmo, una de las religiones más antiguas del mundo. Sin embargo, esa no es la única particularidad de esta pequeña porción de tierra que es conocida por su rechazo a todo visitante, en particular, a las mujeres.
Los monjes que habitan y deciden sobre la isla son los que impusieron la ausencia de toda mujer en su territorio, y aunque la razón no está del todo clara, la menstruación podría ser una de ellas. Y es que para el sintoísmo la sangre es una sustancia impura, de manera que consideran que la menstruación "podría manchar" los santuarios, publica 'Japan Times'.
Los hombres no la pasan mucho mejor, ya que solamente pueden visitar Okinoshima los 27 de mayo. Pero para hacerlo deben cumplir con varios rituales: desnudarse por completo y someterse a una limpieza. Además, solamente 200 serán elegidos para cumplir con la visita.
Okinoshima: A ilha sagrada japonesa que não permite a entrada de mulheres https://t.co/kHcBopUPe1pic.twitter.com/W765XoXnwH
— NOFango (@elfango) 17 de enero de 2016
Allí, las que parecen ser dueñas del territorio son las enormes ratas. Ante la pasividad de sus habitantes, han ganado espacio y su población ha crecido tanto que hasta las aves emigraron de la isla, por lo que los roedores transformaron la isla en una especie de santuario.
Reconocimiento mundial
En julio próximo, este territorio será declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a sus tradiciones y a los artefactos que allí se producen, aunque este reconocimiento no interese a sus habitantes.
La isla japonesa de #Okinoshima de 800.000 m2 que no permite entrar a las mujereshttps://t.co/ZMDMjIIx0upic.twitter.com/H3TZZfmTWt
— Info y Emergencias (@Cieminfo) 14 de enero de 2016
"No abriremos Okinoshima al público incluso si es inscripta en la UNESCO como patrimonio cultural porque la gente no debería visitarla por curiosidad", explicó el sacerdote Takayuki Ashizu. En el mismo sentido, otro de los responsables de los santuarios agregó: "Nada cambiará, aun si es registrada".
"La mística de la isla se ha mantenido porque su tradición ha sido cuidada durante muchos años. Continuaremos regulando estrictamente las visitas", concluyeron.