Los usuarios del nuevo sistema operativo Windows 10 S no podrán instalar en sus computadoras o dispositivos el navegador Chrome, programado por Google Inc, ni tampoco otros a no ser que estén disponibles en la tienda virtual Windows Store. De esta forma el predeterminado Edge casi no tendrá competidores.
Según informa el sitio web TechRadar, Microsoft explica la restricción alegando que las aplicaciones no deben "poner en peligro la seguridad del usuario". Aquellas que sirven para acceder a Internet "deben utilizar HTML y JavaScript proporcionadas por la plataforma Windows".
La política del gigante informático respecto a la versión 10 S de su navegador es solo permitir la instalación de programas de su propia tienda. A quienes quieran acceder a más cosas, se les recomienda renovar el sistema hasta Windows 10 Pro, algo que saldrá más caro al internauta.
Los analistas estiman que Google, si quisiera convertir su navegador en una aplicación universal, podría abandonar sus propios sistemas y adaptarse a los de su competidor. Pero entonces "no habría sido Chrome, sino solo una cáscara del navegador de Google que utiliza sistemas HTML y JavaScript", admite TechRadar.
La restricción puede estar relacionada con un importante cambio estadístico registrado en Internet en marzo pasado: por primera vez en tres décadas Android destronó a Windows como el sistema operativo más popular para conectarse a la red mundial desde computadores de escritorio, portátiles, tabletas y teléfonos móviles.