Las autoridades de Saná, la capital yemení controlada completamente por los rebeldes hutíes, han declarado el estado de emergencia por una epidemia de cólera.
Desde el 27 de abril esta diarrea infecciosa ha matado a 51 personas. Para el jueves pasado el cólera fue diagnosticado oficialmente a otras 58 personas, pero 2.752 pacientes podrían tener síntomas, informa la Organización Mundial de la Salud y recoge Reuters.
El Ministerio de Sanidad yemení ha catalogado la situación como un "desastre sin precedentes" y pide ayuda a las organizaciones humanitarias y caritativas. Los funcionarios admiten que después de más de dos años de guerra y con millones de personas desplazadas no pueden salir adelante.
Solo unos pocos recintos médicos siguen funcionando y cerca de dos tercios de la población no tienen acceso al agua potable, según datos de las Naciones Unidas. Un brote registrado a finales del año pasado se disipó, pero los casos de contagio se hacen más frecuentes.
La peor situación epidémica la vive Saná, pero la sureña provincia de Amanat al Asimah también está afectada y hay casos de contagio en Al Hufayda, Taiz y Adén. La OMS estima que 7,6 millones de personas viven en zonas con alto riesgo de cólera.