El próximo 31 de mayo se celebrará una reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) para tratar la situación de Venezuela, que no estará presente tras su salida de la organización.
La decisión fue aprobada en el Consejo Permanente Extraordinario de este lunes con el voto a favor de 18 países, 13 abstenciones y un voto en contra. Dos países miembro no asistieron.
En el arranque de la sesión, el representante permanente de Nicaragua, Denis Ronaldo Moncada Colindres, manifestó su desacuerdo con la convocatoria de ministros de relaciones Exteriores y la catalogó de "inamistosa y hostil" debido a que no había sido solicitada por Venezuela.
"Nicaragua considera inadmisible que un grupo de Estados miembro de esta organización insista en intervenir en Venezuela y rechaza que siga debatiendo la situación de su país sin su consentimiento", expresó el embajador nicaragüense.
Posteriormente, el presidente del Consejo Permanente y de la Comisión General, Diego Pary Rodríguez, sometió a votación la fecha del 31 de mayo para el encuentro regional.
A favor de esta propuesta votaron Argentina, Bahamas, Belice, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, EE.UU., Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay; mientras que en contra lo hizo Nicaragua.
Por su parte, se abstuvieron Bolivia, Ecuador, El Salvador, y la mayoría del bloque caribeño: Antigua y Barbuda, Dominica, Haití, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago.
En el Consejo Permanente de hace una semana, los representantes de Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves se refirieron a las reuniones secretas que mantuvieron los miembros de otros países sin notificación previa.
Costa Rica también se abstuvo. Su embajador, Rogelio Sotela Muñoz, explicó que su país lo hacía porque prefería otra fecha anterior y porque su canciller no podría asistir.
El pasado 27 de abril Venezuela anunció su salida de la OEA luego de que la organización decidiera convocar una reunión de cancilleres sin el consentimiento del país suramericano.