"No tengan paz jamás": Oposición venezolana emprende campaña de persecución al chavismo

Difusión de fotos, direcciones e información sensible cunden las redes sociales con un llamado claro: perseguir al chavismo. Dentro de Venezuela, el mensaje es reforzado por los líderes políticos y de opinión de la derecha, por diversas vías.

Una cuenta de Twitter difunde, uno a uno, los rostros de los hijos de funcionarios y ministros del chavismo. Piden perseguirlos, acosarlos: "estamos en guerra, la pelea es peleando".

Como esa cuenta, que pertenece a un periodista venezolano que en 2002 aplaudió públicamente el golpe contra el entonces presidente Hugo Chávez, abundan muchas más. Los rostros de hombre, mujeres y niños que tienen la "mácula" de ser familiares de funcionarios del gobierno bolivariano son exhibidos al servicio de la opinión pública para una suerte de cacería de brujas.

En las últimas semanas, los resultados de ese llamado están a la vista: el secuestro de la embajada venezolana en Madrid por parte de manifestantes violentos, el asedio a personal diplomático en todas partes del mundo, la persecución a hijos de funcionarios públicos y la justificación de esas acciones por parte de líderes de opinión de la derecha nacional, como César Miguel Rondón. 

Una vieja pulsión

La periodista venezolana Patricia Poleo, una de las que huyó de Miraflores tras participar activamente en el golpe de Estado de 2002, lo dice claramente en un video divulgado este lunes en redes sociales: "todo funcionario público en este momento, así sea una secretaria de un ministerio, ha sido cómplice de lo que está pasando. Yo soy muy radical: no hay que perdonar a ninguno".

Pero esas declaraciones destempladas no son nuevas o aisladas, advierte el intelectual y exministro de Cultura de Venezuela, Freddy Ñáñez: "Todo esto comenzó en 2002, cuando se creó la página web 'Reconócelos', promovida para identificar los rostros del chavismo y tratar de justificar una 'acción de limpieza' para aniquilar a la dirigencia. Luego fue la lista Súmate, impulsada entonces por María Corina Machado". 

La lista Súmate fue una data recopilada por la organización homónima que dirigía Machado, y que permitía la identificación de quiénes habían firmado en contra del entonces presidente Chávez para pedir su revocatoria de mandato. El uso de ese sistema fue denunciado por el fallecido diputado Luis Tascón. 

"De Reconócelos.com hasta la lista Súmate -sostiene Ñánez-, pasando ahora por la famosa lista 'Justin' (que resultó del presunto 'hackeo' a la data del carnet de la Patria) o las cuentas de redes sociales, todo está sirviendo para exponer las direcciones, los teléfonos y la información de chavistas connotados, así como de personas como secretarias, a quienes se les acusa de 'cómplices' o 'colaboracionistas', para tratar de legitimar la profilaxia social a la que quieren someter al país".

El también presidente de la Fundación para la Cultura y las Artes (Fundarte) no duda en tildar de fascista a la oposición venezolana. Para él, se trata de un plan orquestado desde su dirigencia "que busca eliminar la diferencia mediante la aniquilación y, en este caso, con una guerra civil de ricos contra pobres".

Problema matemático

Sin embargo, el plan de la oposición contra el chavismo no ha salido del todo bien. En los furibundos llamados a la persecución, hasta sus propios adeptos han sido perjudicados: en recientes días la prensa española difundió un video en el que antichavistas casi linchaban a uno de los suyos por "confundirlo" con alguien afecto al gobierno. El domingo pasado, sometieron al escarnio público una mujer en Francia por creer que era la ministra Carmen Meléndez, pero la titular de la cartera se encontraba junto a su madre en Venezuela. Los casos similares abundan.

Por eso no extraña que este lunes varios dirigentes opositores se deslindaron -"tardíamente", considera Ñáñez- de esas acciones de acoso. El asesor estrella de la derecha, Luis Vicente León, fue de los primeros en hacer control de daños: "cuando mezclas culpables, con familiares, con supuestos beneficiarios, con amigos y seguidores, con inocentes, es igual fascismo", escribió en su cuenta de Twitter.

Para Ñáñez, ese paso atrás no es sinónimo de un rechazo genuino a esa forma de violencia, sino una estrategia para intentar recoger el agua derramada después que se les fue de las manos: "Está por verse si han sacado la cuenta matemática de a quién están enfrentando. Cuando ellos mandan a saquear un automercado, el comerciante entiende que esto no es un asunto contra un gobierno o contra un Estado, sino contra él. Cuando se dice, sin ningún tipo de edulcorante, que hasta el último funcionario público tiene que pagar por 'colaboracionista', la gente entiende que esto no es un problema contra un presidente o contra un modelo económico o político, sino que es la reedición de una guerra civil".

Deshumanizar el chavismo

"Satanizo y deshumanizo al otro, y declaro la supremacía de lo que nosotros somos", esa es la fórmula del fascismo que, alega el exministro, hoy repite la oposición venezolana en contra del gobierno: "la tecnocracia de este país ha dicho que es la única que está legitimada para gobernar y por eso insisten en descalificar al chavismo, de llamarlo desdentado, malandro, lumpen, ignorante, en estigmatizarlo. Eso no es de ahora, lo han hecho siempre".

El elemento distinto en esta oportunidad es que "están planteando abiertamente una venganza anticipada", que repercute de manera negativa en "su marketing político ante la opinión pública nacional e internacional". "Una cosa -sostiene Ñáñez- es que cuando lleguen al poder pongan en marcha un plan de exterminio, porque eso está en la retórica de sus influenciadores, y otra es que lo propongan ahora, cuando no han llegado a Miraflores con elecciones".

La escalada violenta de la oposición en Venezuela que se ha vivido en las últimas semanas se atizó tras la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, propuesta por el presidente Nicolás Maduro, para "destrabar" el juego político en el país después que la derecha se negara a seguir en la mesa de diálogo, rechazara ir a elecciones regionales e insistiera en pedir comicios presidenciales, que no están contemplados por ley. Para Ñáñez, la "cacería de brujas" pretende -entre otras cosas- deslegitimar esa propuesta democrática, contemplada en la Carta Magna, para optar por un escenario de confrontación civil.

"Creo que por eso es que ellos tampoco quieren ir a la Constituyente: no les interesa mostrar ningún plan de gobierno; hasta ahora no han propuesto un proyecto de país. El chavismo, por el contrario, tiene un contenido ampliamente difundido, pero de la derecha no sabemos nada".

Entonces, ¿qué sentido tiene para la oposición exacerbar los ánimos al avalar, de manera pública o soterrada, el asedio a ese sujeto político llamado 'chavismo'? Ñáñez aventura una respuesta: "En una abstracción de lo cotidiano, hay una problemática real y concreta: los intereses internacionales declarándole una guerra a un país con las mayores reservas petroleras del mundo. Todo esto es una cortina de humo para que, con ayuda de la derecha, se suscite una guerra civil en Venezuela, que es la condición objetiva para una intervención".

Nazareth Balbás