Imagínese una situación como esta: usted va en su coche con un amigo y señala la casa que alquila, en la que actualmente vive una familia joven y agradable. Sin embargo, en lugar de ver signos de vida familiar ve que la vivienda está vacía y que en el jardín hay un gran cartel donde se lee "se vende". "Resulta que sus inquilinos son en realidad implacables estafadores que han robado su identidad y han puesto su casa en el mercado", advierte 'Financial Times'.
"La propiedad es un activo de alto valor y, por lo tanto, un objetivo atractivo para los estafadores. Su propiedad, incluso su hogar familiar, puede ser vendida e hipotecada para recaudar dinero sin que usted lo sepa. Arreglar este desastre puede ser angustioso, lento y costoso", alerta Alasdair Lewis, director de servicios legales del Registro de Propiedad de Inglaterra y Gales.
Cómo funciona el fraude
El así llamado "secuestro de propiedad" es una práctica en la que los timadores se presentan como los propietarios legítimos de una propiedad —cambiando su nombre por una declaración jurada para que coincida con el del dueño— que venden o hipotecan sin consentimiento del dueño real, desapareciendo con el dinero que el comprador ha pagado (siempre en efectivo).
En ocasiones, los delincuentes pagan a personas para que se hagan pasar por los inquilinos que alquilan la propiedad (usando identidades falsas) y la mayoría de las veces hacen todo lo posible por acelerar el proceso y evitar así que la víctima detecte irregularidades.
Solamente cuando el comprador va a registrar el cambio de propiedad en el catastro, el verdadero propietario es alertado. Aunque al propietario —tras un escabroso y largo proceso legal— casi siempre se le devuelve la vivienda, el comprador rara vez recupera su dinero.
El Registro de la Propiedad de Inglaterra y Gales ha detectado 50 casos similares en el último año financiero —en comparación con los 33 casos de 2013— y sostiene que el valor del fraude es más del triple que en 2013.
El fraude del viernes por la tarde
La estafa del 'secuestro de propiedad' no es la única forma de fraude inmobiliario que prolifera en la actualidad. De hecho, el número de estafas en ventas inmobiliarias ha pasado de 350 en 2012 a más de 700 el año pasado, según el órgano regulador británico Solicitors Regulation Authority (SRA).
Este mes, el SRA actualizó su "asesoramiento de riesgo" a abogados de propiedades para advertir de forma específica del llamado 'fraude del viernes por la tarde' en el que los delincuentes interceptan grandes transferencias de dinero involucradas en una ventade propiedades un viernes por la tarde, a sabiendas de que es improbable que el robo sea detectado hasta la semana siguiente. Para ello se sirven de técnicas como el 'hacking' y el 'phishing'.
¿Cómo detectarlo?
Los expertos advierten que debemos prestar especial atención a si la propiedad que queremos comprar no está hipotecada, está vacante en el momento de la posesión, tiene un alto valor o si el vendedor de la misma reside en el extranjero y, de forma sospechosa, quiere que el proceso de venta finalice rápido.
Asimismo, Richard Kirk, detective de la Policía metropolitana, insta a los abogados a fijarse en la fecha de expedición del pasaporte de los vendedores, ya que por lo general los estafadores que se hacen pasar por propietarios son nuevos (al haber tenido que cambiar de identidad). En el caso de que así sea, Kirk aconseja pedir el pasaporte antiguo de la persona en cuestión.