Este miércoles, el puertorriqueño Oscar López Rivera será puesto en libertad, tras permanecer encarcelado durante 36 años en EE.UU. De esta forma, las autoridades harán efectivo el indulto concedido por Barack Obama en sus últimos días de mandato.
López Rivera, de 74 años, considerado por muchos como un luchador por la independencia de Puerto Rico, fue acusado de terrorismo y sentenciado a 55 años de prisión, y posteriormente a 15 años adicionales por intentar escapar de la prisión. El activista fue vinculado al grupo Fuerzas Armadas de Liberación Nacional Puertorriqueña (FALN), acusado de perpetrar varios atentados con bomba entre 1974 y 1980 contra objetivos gubernamentales en Chicago, ciudad a la que López Rivera emigró con sus padres cuando tenía 14 años.
Una historia que duró más de 3 décadas
Sin embargo, el puertorriqueño, quien sirvió en el Ejército EE.UU. durante la Guerra de Vietnam, ha negado reiteradamente su implicación en hechos violentos y asegura que su agrupación renunció hace mucho al uso de la fuerza. Destaca que su lucha se centró en la liberación de su país y en frenar la desigualdad social que vivían los puertorriqueños en EE.UU. entre los años 1960 y 1970.
En agosto de 1999, el entonces presidente de EE.UU. Bill Clinton, ofreció a López Rivera un indulto que le permitiría salir mucho antes de lo previsto —su liberación estaba fijada para el 26 de junio de 2023, 5 meses antes de su cumpleaños número 80—, pero el puertorriqueño rechazó la oferta, debido a que esta no se extendía a otros miembros de su agrupación. "Cuando estuve en Vietnam nunca dejé a mis compañeros. Ese no soy yo y no podría hacerlo", declaró el activista en 2016 en una entrevista a 'The Guardian'.
A su salida recibirá un homenaje especial por parte de la extensa comunidad latina que reside en el área del Humboldt Park en Chicago y liderada por su hermano menor José López. Además, una de las calles del barrio donde López Rivera vivió durante su adolescencia llevará su nombre.