Este domingo las reliquias de San Nicolás de Bari –también conocido como San Nicolás de Myra–, uno de los más venerados en el cristianismo, han sido trasladadas a Moscú.
En el aeropuerto moscovita de Vnúkovo la reliquia fue recibida por la guardia de honor, representantes de la clerecía y fieles. Luego el arca con los restos del santo fue trasladada a la catedral de Cristo Salvador de la capital rusa, donde fue recibida por el máximo representante de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kiril. En sus palabras, se trata de un acontecimiento "realmente único".
Los fieles podrán rendir culto a los restos de San Nicolás de Myra hasta el 12 de julio, informa RIA Novosti. La reliquia (novena costilla del santo, ubicada junto al corazón, lugar donde en la tradición religiosa cristiana se concentra la fe) fue depositada en un cofrecito especial adornado con oropel y cubierto con cristal para que los creyentes puedan verla.
El patriarca Kiril acordó esta medida con el papa Francisco en febrero de 2016 durante su encuentro histórico en La Habana. Hasta ahora las reliquias de San Nicolás nunca habían abandonado la ciudad italiana de Bari, donde llevan guardadadas ya 930 años.
Durante la misa celebrada en honor de las reliquias, la catedral –que tiene una capacidad aproximada de 10.000 personas– quedó abarrotada de creyentes, muchos de los cuales llegaron de otras ciudades rusas e incluso de otros países para venerar los restos del santo.
Las autoridades de Moscú aseguraron que están dispuestas a recibir a cuantos fieles quieran desplazarse a la capital rusa durante este período. Según sus pronósticos, las colas formadas por los fieles alcanzarán los dos kilómetros, por lo que algunas rutas capitalinas permanecerán cerradas hasta el 12 de julio.
El 13 de julio las reliquias viajarán a San Petersburgo, donde permanecerán hasta el 28 de julio (concretamente, en el monasterio de Alejandro Nevski, también conocido como Alexánder Nevsky Lavra).