Sin entrenamiento especial, ni tenis, mangas de compresión, licras o lentes, la rarámuri María Lorena Ramírez corrió –calzando sencillamente huaraches (sandalias) y vistiendo una falda– durante 7 horas y 3 minutos para dejar atrás a 490 atletas de 12 países y llegar en primer lugar en esta dura carrera de 50 kilómetros.
Correr es algo común en la familia de Ramírez. Participó en la competencia junto con su hermano Mario, quien quedó la décima plaza del ultramaratón realizado en la región de Tlatlauquitepec (estado de Puebla), lugar al que tuvieron que trasladarse después de más de dos días de viaje.
En 2016, María Lorena ya sorprendió a todos los participantes al quedar en segundo lugar en la carrera Caballo blanco, una prueba de 100 kilómetros de duración con uno de los recorridos más complejos del atletismo mexicano.
El ultramaratón que acaba de ganar esta mujer que se dedica a cuidar ganado (chivas y vacas) y es originaria del poblado de Guachochi, en Chihuahua, es una carrera con un alto grado de dificultad y una gran cantidad de pasos por complejos lugares. El premio en metálico que ha recibido asciende a 300 dólares.