México: "la región más transparente del aire" se asfixia por la contaminación
El viajero Alexánder Von Humboldt llamó en 1804 a la Cuenca de México, donde se ubica la capital, "la región más transparente del aire". Mucho ha llovido desde entonces. Las palabras del escritor son hoy, en el mejor de los casos, un recuerdo melancólico.
Esta idea fue retomada después por el prominente ensayista y crítico literario Alfonso Reyes en su obra 'Visión del Anáhuac' (1917) para hablar de la pureza del cielo y Carlos Fuentes la usó en 1958 para titular su novela más famosa en la que habla de las complejas y contradictorias capas de la vida en la ciudad.
Desde entonces, la Ciudad de México cambió drásticamente y en medio de sus montañas se yergue una enorme capa de polución. Si bien la Cuenca de México, lugar montañoso a más de 2.250 metros sobre el nivel del mar, tiene las condiciones geográficas para encerrar el humo, décadas de mal planeamiento y de privilegios para el transporte motorizado han causado constantes crisis ambientales.
Controles de la calidad del aire
Rafael Riojas, profesor de medio ambiente y desarrollo sustentable en la Universidad Iberoamericana y la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que la calidad del aire en la zona metropolitana de la ciudad de Mexico es monitoreada a través de los llamados puntos IMECA (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire).
Este indice, surgido después de los problemas de contaminación en las décadas de los ochenta y noventa que causaban cancelación de clases y de jornadas de trabajo, se compone de distintos contaminantes nocivos para la salud, principalmente ozono y partículas suspendidas, y se establecen topes máximos permisibles.
La Secretaría de Salud de México establece que después de los 100 IMECA se producen daños a la salud. Sin embargo, las contingencias ambientales son declaradas en México después de los 150 puntos.
En la última semana, las autoridades decretaron la primera fase de una Contingencia Ambiental Atmosférica por Ozono en la Zona Metropolitana del Valle de México, por lo que estuvo prohibido que más de un millón de vehículos fueran utilizados diariamente, informó la revista 'Proceso'.
Esta contingencia, destacaron diversos medios de comunicación, fue la más prolongada desde hace dos décadas, y de acuerdo con 'Proceso', fue reactivada para este martes 23 de mayo, pues las condiciones ambientales no han mejorado.
Según afirma en entrevista para RT el miembro de La Liga Peatonal (una red civil dedicada a la defensa de los derechos de movilidad) Sergio Andrade Ochoa, el problema de la calidad del aire de la capital es de clases sociales, pues solo el 28% de la población usa automóvil propio.
El que tiene auto decide
"Vemos una cuestión de privilegios y de recursos, donde los que más tienen y se mueven en auto pueden decidir la calidad del aire de los que no nos movemos en auto. El 70% de la población en la ciudad se desplaza en bicicleta o en transporte público", explica Andrade. En su opinión, el 80% de la emisión de ozono se debe al uso de automóviles.
Desde los noventa, las medidas para disminuir la emisión de contaminantes fueron las de verificación de los coches, la modernización de las gasolinas y los umbrales de contaminación para declarar contingencias con el programa Hoy no Circula, el cual establece medidas que limitan el flujo de automóviles en la Ciudad de México y su entidad vecina, el estado de México.
Actualmente el Hoy no Circula es una medida impopular que siempre cuesta políticamente. Cuando entra en funcionamiento, algunas personas y hasta políticos conservadores arguyen su "derecho a usar el automóvil". Un derecho que no existe, aclara Andrade.
El problema de movilidad al que apunta Andrade es que hay una concentración de autos en la Ciudad que afecta la calidad de vida de los transeúntes. Es por ello que aunque el Hoy No Circula pueda ser una buena medida, debe homologarse o coordinarse con esfuerzos hacia el Estado de México y alrededores, además de cambiar el modo en el cual se transportan las personas en la capital.
"La Ciudad de México todavía debe mucho en movilidad: el metro es inaccesible para niños y personas de la tercera edad. Aun así la Ciudad de Mexico es la que le invierte más en infraestructura y transporte público", opina Andrade.
Si no tienes carro...
Rafael Riojas explica que alrededor del 70% de los contaminantes salen de vehículos automotores, autos privados, transporte público, de carga y motocicletas.
"En la ciudad circulan a diario más o menos 5 millones de vehículos más los que vienen de afuera: 45 millones de litros de gasolina diarios", revela.
Y aunque durante la última década la capital mexicana ha emprendido diversos programas para construir ciclovías y ha fomentado el uso de la bicicleta, lo cual es bien visto en ciertas colonias, para quienes viven en la zona conurbada o en zonas altas este modo de moverse es casi imposible.
Además, opina Riojas, los capitalinos dan un fuerte valor social a tener un automóvil.
"Si alguien no tiene automóvil es un prángana y lo primero que hace cuando se tiene dinero es comprar un carro. El automóvil no sólo es un medio de transporte, sino un símbolo de status, fuerza y progreso, es el ícono de la sociedad industrial", asevera Riojas.
En este contexto, propone una corresponsabilidad civil con iniciativas ciudadanas que fortalezcan la movilidad en bicicleta y el transporte público como alternativa a la movilidad motorizada, además de buscar horarios escalonados de trabajo o hasta formas distintas de empleo como el trabajo en casa.
Al-Dabi Olvera