Analistas de EE.UU. sugieren que sus portaaviones pierden su razón de ser
Si la Marina de los Estados Unidos no está dispuesta o es incapaz de "conceptualizar" la faceta aérea de sus portaaviones para que pueda intervenir en el primer día de un conflicto a gran escala, "¿por qué deben pagar los contribuyentes estadounidenses unos 13.000 millones por cada portaaviones de clase Ford?", se pregunta Dave Mujamdar, analista militar de la revista estadounidense The National Interest, que se hace eco de la opiniones de expertos navales del país.
Analistas navales en Washington sugieren que la Marina debería plantearse varios objetivos y lanzar varios proyectos, incluida una aeronave furtiva no tripulada de largo alcance con base en portaaviones, o una inversión mucho mayor en submarinos. De hecho, los actuales cazabombarderos embarcados Boeing F/A-18 no serán suficientes en la década de los 30, incluso con la incorporación de la aeronave de mayor alcance Lockheed Martin F-35C Joint Strike Fighter.
Para justificar el enorme precio (13.000 millones de dólares) de los nuevos portaaviones clase Ford, la Marina de Estados Unidos necesita renovar la composición de su ala aérea para que pueda participar en las operaciones dentro de la estrategia de 'anti acceso y negación de área' de enemigos potenciales. "De lo contrario, ¿qué sentido tienen?", declaró el ex oficial naval Jerry Hendrix, director de programas de la estrategia de defensa en el Centro de Nueva Estrategia Estadounidense en su entrevista con The National Interest.
Bryan McGrath, director de la consultoría naval FerryBridge Group, se muestra totalmente de acuerdo con Hendrix. "Recuerden siempre: el portaaviones […] es sólo un aeropuerto flotante. El ala aérea es la clave. Obtener una mala, o seguir con ella, significa que la inversión en portaaviones de propulsión nuclear pierde su sentido," señaló.
Mientras muchos dirigentes de la Armada nacional están al tanto y comprenden los problemas, el desarrollo prolongado y costoso de la versión embarcada del Lockheed Martin F-35 deja a la Armada sin armas potentes. "La pura realidad es que la adquisición del F-35 ha influido negativamente en la adquisición de la aviación naval. Hay un miedo real a que los funcionarios de la adquisición digan que quieren convertir el programa de UCLASS [aeronaves embarcadas no tripuladas de reconocimiento y ataque] en plataformas cisterna / ISR [inteligencia, vigilancia y reconocimiento] en lugar de en un avión de ataque de gran alcance y semi-sigiloso ", dijo McGrath.
Alternativa
Hendrix propone como alternativa dejar de construir portaaviones y centrarse en la construcción de submarinos que, además, "son extremadamente sigilosos y operan con toda impunidad", explica.
Por el precio de un portaaviones clase Ford se podrían adquirir dos submarinos estratégicos que portan misiles balísticos para reemplazar los sumergibles de este tipos clase Ohio, o cuatro submarinos de ataque clase Virginia, que en el futuro recibirían un módulo que les permitirá contar en total con 40 misiles de crucero Tomahawk.