Una parte de la ciudad de Marawi, en la isla filipina de Mindanao, sigue bajo el yugo de Maute, un grupo terrorista vinculado al Estado Islámico. El enviado especial de RT Gonzalo Wancha revela qué está pasando en uno de los barrios que están bajo control del Ejército de Filipinas desde tan solo unos días y cuyos edificios están marcados por los recientes combates.
Los combates más feroces se produjeron cerca de un cruce de caminos donde los yihadistas apostaron a varios francotiradores que estuvieron alargando la contienda y protegiendo una gasolinera que abastecía de petróleo y otros bienes a los terroristas. Ahora los oficiales de la Policía militar están rastreando casa a casa y palmo a palmo para investigar qué ha dejado atrás el EI.
Un millón y medio de dólares abandonados
En uno de los domicilios recientemente recuperados por el Ejército, los militares encontraron más de 1,5 millones de dólares que estaban en manos de los terroristas, en efectivo y en cheques. Según Wancha, a medida que avanza la contienda, los militares se ven obligados a redimensionar su percepción de la amenaza terrorista. Si al principio el Ejército abordaba la revuelta como un conflicto con los musulmanes separatistas locales, ahora saben que se enfrentan a un enemigo vinculado a las redes terroristas del Estado Islámico.
Según los datos del Ministerio de Defensa filipino, los terroristas cuentan con túneles y redes de conexión que les permiten abastecerse de alimentos, armamentos y dinero. El Ejército ya ha advertido que está dispuesto incluso a bombardear directamente mezquitas si es necesario para tratar de frenar las comunicaciones de los yihadistas.
"Es inhumano lo que han hecho"
No es del todo esperanzador lo que se puede encontrar en la parte liberada de la localidad, admite Wancha. Los vecinos que consiguen volver a sus casas pese a la inseguridad descubren que han sido saqueadas, independientemente de su nivel social. "Vinieron a mi casa, no sabemos quién, y revolvieron todas nuestras cosas. Entraron en mi hogar, quienes lo han hecho no tienen corazón. Es inhumano lo que han hecho a nuestras casas", cuenta una de las habitantes de Marawi.
Esos casos difícilmente salen a la luz, ya que el Ejército no está facilitando el acceso a las zonas de combate. Pero se pueden entender las medidas estrictas tomadas por los militares: en uno de los puntos de control en la isla de Mindanao la Policía detuvo al padre de los hermanos Maute que dan nombre a la organización terrorista que controla una parte de Marawi; el anciano portaba armas y 7.000 dólares, recuerda Wancha.