En Yulin (Guangxi, China), cada año se reunen miles de personas para degustar carne de perro. El evento generó críticas internacionales y, a primeros de mayo, provocó que las autoridades locales tomaran medidas para impedir esa costumbre. Sin embargo, algunos establecimientos mantienen esa tradición culinaria, informa el diario 'Daily Mail'.
De hecho, en un restaurante "de renombre internacional" ubicado en esa ciudad y que se jacta de ser "el número uno en carne crujiente" todavía se pueden comprar y comer platos "elaborados con perros saludables cuidadosamente criados por los agricultores".
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Las fuentes del periódico británico aseguran que el veto para la venta de carne de perro en el centro de Yulin estaría vigente entre el 15 y el 23 de junio. Esa restricción se aplicaría de manera especial en las principales tiendas y mercados, aunque no afectaría a los vendedores de los suburbios o para las personas que comen canes en su casa.
Sin embargo, una condena excesiva a este festival anual podría tener un efecto contrario y provocar que los habitantes intensifiquen la matanza de esos animales con fines culinarios.
Cada año, en el Festival de la Carne de Perro de Yulin se sacrifican alrededor de 10.000 ejemplares para celebrar el solsticio de verano. No obstante, ciertos activistas consideran que esa tradición no tiene ningún valor cultural y se debe prohibir.
Cada vez más chinos abogan por dejar de incluir a los perros en sus prácticas culinarias. El año pasado, una encuesta publicada por la televisión china CCTV mostró que el 64 % de los encuestados está a favor de abolir la venta de carne de perro. Además, más de 2,75 millones de personas firmaron una petición en el sitio web Change.org para que el gobernador de Guangxi, Chen Wu, ponga fin a esta práctica.