En Japón existe una teoría, muy extendida, según la cual los diferentes grupos sanguíneos influyen en el temperamento y los rasgos de personalidad de un individuo. Esta creencia no está confirmada científicamente, pero muchos habitantes de la nación asiática creen en su veracidad.
Cuatro tipos de carácter
El descubrimiento de los grupos sanguíneos a principios del siglo XX dio origen a la idea de que las características de las células rojas de la sangre tienen efectos sobre el carácter de las personas. En 1916, el médico japonés Kimata Hara publicó un estudio que pretendía vincular el grupo sanguíneo con el temperamento.
Once años más tarde, el psicólogo Takeji Furukawa publicó una serie de artículos titulados 'El estudio del temperamento mediante el tipo de sangre'. Furukawa definó cuatro temperamentos básicos: las personas con sangre del tipo 0 son tranquilas y seguras de sí mismas, las que tienen la sangre del tipo A se definen como indecisas y cautelosas; alegría e independencia son las características que se atribuyen a aquellos cuya sangre es del tipo B, mientras que los individuos con sangre del tipo AB gozan de la cualidades de los dos grupos anteriores.
El valor científico de estas afirmaciones era bastante cuestionable, pero la teoría ganó popularidad. El Ejército japonés incluso solicitó realizar su propia investigación con la esperanza de utilizar los resultados en la selección de soldados.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la teoría perdió popularidad por su semejanza a las ideas nazis de la pureza de la sangre. Sin embargo, a principios de 1970 volvió a ganar terreno cuando el escritor Masahiko Nomi, que no tenía formación médica, publicó una serie de libros sobre el tema que se convirtieron en un éxito de ventas.
Propagación
La idea se ha convertido en una parte crucial de la cultura popular japonesa e incluso dio lugar a la creación de un importante sector empresarial que vende una gran variedad de productos destinados a distintos compradores en función de su grupo sanguíneo. El tema se hizo popular en programas de televisión. Otro caso destacable es el de la selección femenina de 'softball', preparó distintos regímenes para sus integrantes dependiendo del tipo de sangre de cada jugadora.
La teoría de Furukawa y sus seguidores fue criticada y refutada en repetidas ocasiones. Hace varios años, el profesor Kengo Nawata llevó a cabo un estudio basado en una encuesta en la que participaron 10.000 personas que pretendía revelar las peculiaridades de su carácter. Los resultados mostraron que sus respuestas no dependían del grupo sanguíneo, pero eso no impidió que aumentara la popularidad de la teoría, así como el negocio montado a su alrededor.
'Burahara', discriminación sanguínea
La mayoría de los japoneses tienen la sangre del tipo A (un 38% de la población) y del tipo 0 (31%). Las personas del tipo B (22%), al que se atribuyen cualidades negativas, frecuentemente están sometidas a acoso, de manera que algunas intentan ocultar su grupo sanguíneo.
De acuerdo con un estudio realizado por el psicólogo social Shigeyuki Yamaoka con la participación de más de 5.000 personas, los representantes de todos los tipos sanguíneos se habían enfrentado en algún momento u otro a algun tipo de discriminación causada por los estereotipos. Tres cuartas partes de los encuestados del tipo B habían sido insultados a causa de su pertenencia a ese grupo sanguíneo. Algunos fueron sometidos a discriminación en el trabajo, a pesar de que el Ministerio de Trabajo de Japón anunció oficialmente que la sangre no afecta al profesionalismo. Sin embargo la creencia está tan arraigada que el idioma japonés ha creado un término para definir la discriminación a causa del grupo sanguíneo: 'burahara'.