Las pruebas de ADN son un recurso (o casi una afición) habitual entre neonazis, supremacistas y nacionalistas blancos en todo el mundo. Con frecuencia, los miembros de estos grupos radicalmente racistas aluden a los resultados de esas pruebas para avalar la "pureza" de sus orígenes, exclusivamente blancos, caucásicos y europeos. Ésta práctica es habitual más o menos desde principio del siglo XXI, debido en parte al progresivo abaratamiento de los servicios de empresas analistas de perfiles genéticos, como como '23andMe' o 'AncestryDNA', que permiten que cualquiera pueda trazar sus orígenes étnicos por menos de 100 dólares.
La curiosa novedad en todo este asunto es el interés, relativamente muy reciente, de los supremacistas blancos de todo el mundo en determinar si los españoles, y otros pueblos del mediterráneo como el italiano o el griego, pueden considerarse genuínamente "blancos".
Fue en foros de Internet como Stormfront -el más importante entre los sitios web de los supremacistas y los nacionalistas blancos- donde se popularizaron estas pruebas genéticas. En ellos se pueden encontrar numerosos debates e hilos de opinión en los que se contrasta y se comenta la información obtenida en las pruebas de ADN que se hacen los usuarios para acreditar sus orígenes "europeos, blancos y caucásicos".
¿Por qué ahora?
En un artículo al respecto, el diario español 'Público' ofrece una interesante hipótesis para explicar este reciente fenómeno, que enfatiza la influencia social del actual momento social y político en Estados Unidos: "A juzgar por los propios foros de Internet, las razones que podrían explicar la popularización de este debate guardan también relación con la necesidad de los propios neonazis españoles -y a menudo, también, de los griegos e italianos-, por hacer valer su 'europeidad' y su 'superioridad racial' sobre los 'denostados latinos', en medio de un clima político determinado por la irrupción de Donald Trump y por la popularización de ciertos prejuicios indiscriminadamente ligados a todos los hispano-hablantes".
También hay que tener en cuenta que muchos de los neonazis estadounidenses que han requerido los servicios de empresas de análisis genealógicos, supuestamente anglosajones, han descubierto en su perfil genético rastros más o menos significativos de antepasados ibéricos. Esta realidad -incómoda para cualquier supremacista blanco radical- podría explicar bien el interés de los grupos racistas por establecer una diferencia clara entre "latinos" y "puros españoles", algo difícil de entender en la cultura norteamericana, que a menudo incluye a cualquier hispanohablante, venga del norte de España o del sur de Argentina, bajo la denominación genérica e imprecisa de "latino".