La corporación aeronáutica rusa Mikoyan (MiG) ha reorganizado sus actividades en diferentes divisiones, una decisión que le permite desarrollar un nuevo caza interceptor de largo alcance sin dejar de modernizar el existente interceptor supersónico pesado MiG-31, según ha indicado este miércoles el director general de esa compañía, Iliá Tarasenko, e informa RIA Novosti.
Este directivo ha explicado al diario ruso 'Kommersant' que una dependencia modernizará "aviones de nuestros clientes ya en uso" para que sus características "se acerquen al máximo a las de las aeronaves de quinta generación", mientras que otra elaborará proyectos "por iniciativa propia".
Tarasenko ha detallado que su firma trabaja en el concepto y el diseño estructural de una nueva aeronave, que debería estar lista cuando flota de MiG-31 existente requiera una nueva modernización.
¿Para qué necesita estos aviones la Fuerza Aérea de Rusia?
Mikoyan ideó el interceptor biplaza supersónico de gran radio de acción MiG-31 en los años 70 y dejó de fabricarlo en 1994. Fue la primera aeronave de combate soviética de cuarta generación y la primera del mundo equipada con el radar AESA. Además, aún es uno de los aparatos de su clase más rápidos del mundo.
Desde 2012, el Ministerio de Defensa de Rusia ha sometido a la numerosa flota de estos aviones heredada de la URSS a un amplio programa de actualización. Gracias al radar Zaslon-M, su alcance de localización y destrucción de objetivos ha aumentado hasta 320 y 280 kilómetros de distancia, respectivamente.
Concebido para interceptar aeronaves enemigas, misiles de crucero a cualquier altitud y velocidad y satélites en órbita baja, el MiG-31 —Foxhound, según la nomenclatura de la OTAN— es capaz de realizar un seguimiento automático de hasta 24 objetivos y atacar a ocho de ellos. Además, cuatro unidades pueden rastrear y proteger un espacio aéreo de hasta 800 kilómetros.