Israel y Estados Unidos han facilitado la designación de Mohamed ben Salmán como príncipe heredero de Arabia Saudita porque resulta conveniente para su campaña contra Irán, opina el analista británico Martin Jay.
Ese periodista indica que "el despiadadamente ambicioso e impulsivo ministro de Defensa" e hijo del rey Salmán, "quien sufre leve demencia", ha liderado el esfuerzo multinacional para aislar a Catar por sus lazos con Irán y apoyo a grupos islamistas opuestos a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Político conveniente
Jay tiene claro que Mohamed ben Salmán, "quien no estudió en Occidente" y "habla muy poco inglés", adoptará "un enfoque más duro hacia Catar y, más importante, Irán" porque "no le interesa realizar esfuerzos diplomáticos", con lo cual los sauditas y los iraníes "se están acercando al abismo de una crisis" que parece "casi completamente diseñada por Israel, Arabia Saudita y Estados Unidos".
De hecho, el presidente estadounidense, Donald Trump, "no podía soñar con un líder saudita más apropiado a sus planes de marginar a Irán", incluso si supone "esfuerzos militares en una guerra sin cuartel", escribe el analista antes de señalar que el doble atentado terrorista que sufrió Teherán este 7 de junio lo realizó Al Qaeda, pero se cree que lo encargó Riad.
Influencia de las potencias regionales
Este columnista considera que "una serie de reuniones extrañas" que celebraron en Washington especialistas en Oriente Medio de Trump y el "muy elocuente" canciller saudita, Abdel al Jubeir —en la que también estuvieron presentes funcionarios de EAU—, seguidas por "la extraña provocación" en Teherán indican que el nombramiento del príncipe Mohamed "no solo se debe a los deseos de su padre, sino a los de las potencias de la región", sobre todo Israel, que "cree que el hijo del rey Salmán reconocerá al Estado judío y abrirá las puertas empresariales a los israelíes".
Hacia el abismo
Para finalizar, Martin Jay vaticina que la región se dirige hacia un enfrentamiento duro, pero duda que las fuerzas sauditas —"tras sus fracasos en Yemen y Siria"— tengan éxito en Irán, "incluso en el caso de que participe una coalición de países musulmanes.
"¿Quién lideraría esa vanguardia de sus aliados más cercanos? ¿Es posible que, como con Catar, haya habido una falta de comunicación entre Riad y Washington y el nuevo príncipe heredero espere que las fuerzas estadounidenses se encarguen de esa tarea?", se pregunta este periodista.