Raúl Barrera Rodríguez, director del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), recuerda que la cosmovisión de culturas como la mexica ha sido objeto de estudio durante las últimas décadas. Por ese motivo, se aventura a explicar cómo vivían los antepasados que se establecieron en la Gran Tenochtitlán, hoy conocida como el Valle de México.
En entrevista con RT en Español, este arqueólogo mexicano explora el quehacer cotidiano de los niños en la época prehispánica, repasa los juegos rituales que llevaban a cabo los mexicas y relata las similitudes que existen entre la sociedad de aquellos años y la cultura de hoy en día.
RT: ¿A qué se dedicaban los niños en la época prehispánica?
RB: Se les asignaban labores domésticas, como barrer o escombrar la casa. En el caso de la sociedad mexica, cuando los niños asistían a las escuelas se les inculcaban los buenos modales que, sin duda, se tenían que reforzar en el hogar con el respeto a la gente mayor, a la religión y a las instituciones.
RT: ¿Cuál era la función de los niños en la sociedad mexica?
RB: Dependía mucho de la centro educativo al que asistieran. Por ejemplo, los hijos de artesanos o campesinos acudían al 'telpochcalli', una escuela para gente de origen humilde donde les enseñaban oficios como poesía, literatura, canto, danza y, sobre todo, cuestiones religiosas como la adoración.
RT: ¿Y los hijos de la clase privilegiada: militares, sacerdotes o gobernantes?
RB: Desde que tenían ocho años asistían al 'calmécac', un internado de élite. Los hijos de la nobleza tenían conocimientos sobre ciencia, religión y el oficio de las armas. Es decir, de esa escuela egresaban los futuros dirigentes de la sociedad mexica.
RT: ¿Se puede saber cuántos hijos tenía cada familia en la época prehispánica?
RB: En general, no eran familias tan grandes: entre tres y cinco hijos, como máximo.
RT: ¿Qué castigos recibían los niños en aquella época?
RB: Las familias bañaban con agua fría a los menores que se portaban mal. También les obligaban a aspirar humo de chile. Otras medidas más rígidas eran limpiar o salir al campo a cortar leña.
RT: ¿Los niños eran objeto de algún rito o sacrificio para los dioses?
RB: De acuerdo a su cosmovisión y religión, los mexicas efectuaban el sacrificio humano, un acto que consideraban un regalo a los dioses. Algunos niños sí eran sacrificados a Tláloc, el dios de la lluvia, pero siempre con la creencia de que era una ofrenda obligada para que pudiera continuar la abundancia en tierras aztecas.
RT: Este mes, durante el descubrimiento del Templo de Ehécatl, en la Ciudad de México, también hallaron restos óseos de niños como parte de un sacrificio…
RB: Efectivamente, se hallaron restos humanos como parte de una ofrenda del juego de pelota. Se trata de 31 conjuntos de cervicales que fueron brindados a los dioses mexicas, entre los que había jóvenes y niños. Recordemos que el objetivo de esa actividad ritual era la fertilidad de la tierra y no únicamente una práctica con fines recreativos, como normalmente se cree.
RT: Finalmente, ¿qué similitudes podemos encontrar entre los niños prehispánicos y los menores de hoy en día?
RB: Muchas, aunque todavía no se han concluido. Lo que podemos notar es que, en efecto, los niños de la época prehispánica y los de ahora tienen el mismo apego a la familia, el respeto a los adultos y la veneración a la religión y hacia ciertas figuras o instituciones. Quizás en nuestra sociedad moderna no se perciba tanto, pero en los pueblos indígenas de México es más notorio. Esas costumbres no han desaparecido.
José Luis Montenegro