Pese a los 10.000 millones de dólares y más de tres décadas invertidos en el desarrollo del sistema de defensa antimisiles, Estados Unidos todavía no dispone de un método fiable para derribar los misiles con cabezas nucleares que se aproximen a su territorio. Esta vulnerabilidad se ha visto agudizada después de la prueba del primer misil balístico intercontinental norcoreano, que Pionyang llevó a cabo el 4 de julio, día de la independencia estadounidense. Así lo escriben Jacqueline Klimas y Connor O'Brien en un artículo publicado en el portal Politico.
Esta postura parece corroborarla el mando militar estadounidense, que reconoce que el sistema de defensa antimisiles concebido para defender a EE.UU. de los misiles balísticos intercontinentales ha demostrado su ineficacia en tres de cada cinco ocasiones, pese a la red de sensores, radares y misiles interceptores instalados en Alaska y California.
"Si Corea del Norte lanza contra nosotros todo lo que tiene, y nosotros disparamos contra todos esos misiles, es probable que impactemos contra la mayoría de ellos", señaló Jeffrey Lewis, el director del programa de no proliferación para Asia oriental del Centro James Martin de Estudios sobre la No Proliferación. "¿Pero 'impactar probablemente contra la mayoría' es algo bueno o malo?", se preguntó Lewis.
La postura oficial del Pentágono expresada este miércoles es que el sistema con base en tierra Midcourse Defense, desarrollado por Boeing y muchos otros contratistas de defensa, es capaz de derribar un misil en la atmósfera (es decir, en la parte final de su trayectoria). Pero este es el punto de vista de una minoría.
¿A qué se deben las dudas de los escépticos?
Así, Phil Coyle, el almirante estadounidense saliente del cargo de responsable de los programas de defensa antimisiles del Pentágono, declaró el pasado mes de junio al Congreso que alberga "preocupaciones acerca de la fiabilidad" del sistema.
"Hemos tenido más éxitos en [la interceptación] de sistemas de corto y medio alcance. Pero esos misiles vuelan más despacio, ya que viajan a través de la atmósfera. Esto es diferente de los que viajan a 25.000 kilómetros por hora en el espacio. Sobre todo cuando el enemigo está tratando de engañarnos", por ejemplo con contramedidas electrónicas y señuelos, explicó el almirante.