Desde que se celebrara la primera cumbre del G20 en 1999, la contribución de las naciones industrializadas a la economía mundial se viene reduciendo sin remedio. Al mismo tiempo, los emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son cada vez más importantes en la escena global y son testigos del cambio que se está produciendo el equilibrio mundial del poder, afirma un artículo del periódico 'Der Spiegel'.
Asimismo, el autor del artículo recuerda que el peso de los distintos miembros del G20 ha experimentado un notable cambio: si hace dos décadas el club de los principales países industrializados –EE.UU., Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá– suponían más del 44% de la economía mundial, en 2016 los citados Estados solo representaban el 31%.
Al mismo tiempo, los BRICS ganan peso con paso firme: desde la creación del G20, su participación en la economía mundial ha pasado del 18,4% al 31,2%. Y en 2016 por primera vez el peso de las economías emergentes superó el del G7 (Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón y Reino Unido). Particularmente impresionante es el desarrollo de China (que pasa del 7,1% al 17,6%) y de la India (del 4,23% al 7,3%), destaca el autor.