La propaganda del autoproclamado Estado Islámico (EI) tiene desde hace meses un nuevo destino: la comunidad musulmana de Trinidad y Tobago. Decenas de jóvenes de este archipiélago caribeño se han dirigido en los últimos años a Oriente Medio para combatir en las filas de esta organización terrorista.
Sobre las causas de esta tendencia, líderes religiosos del país apuntan a la falta de oportunidades de la población afromusulmana, mientras que las autoridades explican que los reclutados son en su mayoría delincuentes comunes.
Una tendencia con antecedentes
Cuando el Estado Islámico proclamó su califato en el año 2014, ya había un país en América Latina para el cual esta idea no era una novedad. Trinidad y Tobago, con una población en la que se mezclan musulmanes, hindúes y cristianos, había vivido dos décadas atrás un intento de establecimiento de un Gobierno islamista. Es por ello que las autoridades no vieron con extrema sorpresa que desde hace años decenas de jóvenes decidieran sumarse a las filas del EI.
"Hemos tenido a varias personas que se han ido a combatir como yihadistas. Algo que no es distinto a diferentes países del mundo. Hay naciones emisoras como Estados Unidos, Reino Unido o Suecia; muchos países de todo el mundo donde decenas de individuos van a juntarse al Estado Islámico", comentó a RT el fiscal general de Trinidad y Tobago, Faris al Rawi.
Marginalidad y criminalidad juvenil
Abdus Sabor-Eastern Gangadeen conoce bien las causas por las que muchos jóvenes deciden unirse al EI, como su propio hijo decidió hacer en 2014. El joven perdió la vida hace cerca de dos años en uno de los frentes de la organización terrorista en Siria. "Mi hijo era muy joven en aquel momento, tenía solo 21 años. Todo el tiempo estaba sentado en la computadora", recordó Gangadeen a RT.
Es precisamente Internet uno de los medios más frecuentes por el que fieles musulmanes caen en las redes yihadistas, aunque Gangadeen dijo desconocer la forma en la que su hijo entró en contacto con los radicales.
Otros factores que agudizan el problema son la escasez de recursos y los altos índices de criminalidad y marginalización juvenil que convierten al país caribeño un vivero casi perfecto para los grupos yihadistas.
Por su parte, Gary Griffth, exministro de Seguridad Nacional apuntó que la gran mayoría de los que se unen al EI provienen de grupos "involucrados en pandillas y bandas criminales", y añade que los cabecillas de las organizaciones terroristas "engañan a jóvenes ingenuos, que caen en sus redes a través de pandillas callejeras."
Lucha antiterrorista de la isla
El Gobierno de Trinidad y Tobago asegura que se mantiene en contacto tanto con la Casa Blanca como con la CIA en materia de lucha antiterrorista. El pasado 19 de febrero de este año, el presidente estadounidense, Donald Trump, contactó con el primer ministro trinitense para ponerse al día sobre asuntos bilaterales. El tema de la lucha contra el terrorismo no faltó en la conversación. Sin embargo, al solicitar comentar este asunto, la embajada de Estados Unidos en Puerto España se negó a atender a RT.
Entre otros métodos que se implementan por parte de las autoridades de Trinidad y Tobago para luchar contra esta lacra, el fiscal general del país señala que "cada mecanismo de apoyo monetario se persigue. Sean transacciones financieras o a través de vías informales. De esta forma, los vigilamos dondequiera que estén, ya sea Turquía, Líbano o donde sea".
No obstante, el líder del Frente Islámico de Trinidad y Tobago, Umar Abdullah, sostiene que "EE.UU. creó esta situación. Creó la base de la destrucción en Siria. Y ahora todos estos grupos combaten unos contra otros por el poder. Esta no es la forma de ser de los verdaderos musulmanes".
Si algo parece quedar claro en este escenario es que el Caribe, por muy lejos que se encuentre de Oriente Medio, no escapa del radicalismo. Los tentáculos de las agrupaciones yihadistas han logrado traspasar continentes y océanos, hasta atrapar para su causa a los individuos más vulnerables de la sociedad.