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Vertu: El fabricante de los lujosos teléfonos "para ricos sin estilo" va camino a la quiebra
La compañía tuvo un inicio muy prometedor a principios del siglo, pero las cosas no han ido muy bien en los últimos años y parece que ni las ilimitadas capacidades de su 'conserje' lograrán salvarla de la bancarrota.
La compañía británica Vertu, conocida por fabricar lujosos dispositivos móviles, se encuentra al borde de la quiebra. La noticia se dio a conocer esta semana, después de una fallida operación de reestructuración financiera llevada a cabo por su dueño, el empresario turco Murat Hakan Uzan. La empresa mantiene una deuda con sus acreedores de unos 165 millones de dólares y ha tenido que cerrar su fábrica en el Reino Unido, un hecho que ha producido la pérdida de 200 empleos directos.
El pico del éxito
Vertu fue creada en 1998 por la compañía móvil finlandesa Nokia y cambió de administración en tres ocasiones: la primera en 2012 —vendida a la organización sueca EQT Partners AB—, la segunda en 2015 —adquirida por la compañía china Godin Holdings— y finalmente en marzo de 2017 —vendida al magnate turco—.
La empresa se dio a conocer en sus inicios como un fabricante de teléfonos lujosos que eran adquiridos por empresarios exitosos y celebridades, para quienes el diseño y los materiales utilizados eran más importantes que sus capacidades tecnológicas. Los primeros modelos no diferían de sus análogos 'pobres', pues contaban con todos los requisitos necesarios para un dispositivo que operaba a inicios de nuestro siglo: llamadas de voz y mensajes de texto.
Sin embargo, el detalle que marcó la diferencia de los primeros modelos de Vertu fue la exclusividad en su elaboración. Cada teléfono era ensamblado a mano por un especialista quien finalmente grababa su firma única en el dispositivo. Los móviles eran fabricados con materiales ultrarresistentes, llevaban partes hechas con oro y su costo promedio era de unos 10.000 dólares.
Versiones especiales de estos teléfonos se fabricaban con armazón de titanio, llevaban diamantes incrustados, láminas de zafiro imposibles de rayar y eran cubiertos con piel de avestruz o cuero italiano de vaca. Las melodías de los tonos de las llamadas y mensajes eran grabadas por la Orquesta Sinfónica de Londres.
Una de las novedades más destacadas que permitió a Vertu liderar el mercado de los dispositivos lujosos era el servicio de conserjería. El mismo, lanzado en 2014, se ofrecía a los compradores de los equipos en forma gratuita durante el primer año, pero tenía un costo que oscilaba entre los 500 y los 3.000 dólares a partir del segundo. A través de él, cualquier solicitud (legal, por supuesto), sea esta la reserva de un boleto de avión o una cena, eran ejecutados por un ser vivo.
En una investigación periodística de este servicio llevada a cabo en 2014 se solicitó al operador ejecutar la reserva de una mesa en un restaurant que estaba repleto durante todo el fin de semana siguiente. Unos pocos minutos después de su solicitud, el investigador recibió una llamada, en la que se le informaba que su reserva estaba lista.
iPhone, el causante de todos los males
Los problemas para Vertu comenzaron en 2007, año en que Apple lanzó su primer iPhone. De pronto, Vertu entendió que no contaba con nada especial para competir con este teléfono, ni un sistema operativo de calidad ni una buena cámara fotográfica ni una pantalla táctil.
Solo en 2012, cuando la compañía cambió de administrador y comenzó a fabricar teléfonos inteligentes con base en Android, Vertu intentó alcanzar a sus competidores. Pero era muy tarde, las críticas a los teléfonos llovían, los especialistas reprochaban la calidad de sus componentes e incluso se los llegó a catalogar como "dispositivos para ricos sin estilo".
Finalmente, Apple parece haber ganado la batalla. Ha demostrado que las personas, entre ellas las celebridades y los exitosos hombres de negocios, prefieren un modelo sencillo pero inteligente a una lujosa pero poco efectiva máquina para hacer llamadas.
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