'Crisis de tanques': EE.UU. es incapaz de contrarrestar los logros de Rusia

Un laboratorio de ideas de EE.UU. apoya un programa de General Dynamics para cuadruplicar la producción de carros de combate obsoletos y combatir la 'amenaza rusa'.

El Ejército de Estados Unidos afronta una crisis de maquinaria pesada en comparación con Rusia porque durante años ha estado "distraído" por la "guerra global contra el terrorismo", según explica el cofundador del Instituto Lexington y especialista en asuntos estratégicos, Loren Thompson.

Ante todo, ese hecho se manifiestaría en la incapacidad estadounidense para comenzar a producir en las próximas décadas un nuevo carro de combate para reemplazar el "obsoleto" M1 Abrams, mientras que Rusia programa equipar sus fuerzas en Europa "con centenares de carros de combate de nueva generación" con "muchas mejores capacidades".

El tanque T-14 Armata como un desafío

Thompson se refiere a la plataforma Armata, sobre la cual los armeros rusos han desarrollado no solo un carro de combate, sino también un obús autopropulsado y varios vehículos blindados para transportar infantería y tropas especiales.

Así, Rusia incorpora "un tanque mucho mejor que los anticuados vehículos operados por el Ejército de Estados Unidos y sus aliados" —en el T-14 Armata destaca su blindaje activo y reactivo y su novedoso radar—, mientras que países como Alemania, Francia e Italia poseen menos de 300 carros de combate activos cada uno y "Rusia tiene miles", asegura el autor, que no especifica que se trata de modelos de generaciones anteriores, como el T-72.

La 'sorprendente' ventaja de Moscú

En esas condiciones, este especialista considera que el reemplazo tardío de los carros Abrams supone "una invitación a la agresión" y teme que una guerra se desate "mucho antes de que algún tanque modernizado alcance gran parte de las tropas", una situación hipotética en la que "Moscú aprovecharía su sorprendente ventaja táctica" si realizara "cualquier ofensiva hacia el Oeste" y podría lograr que "EE.UU. pierda una futura guerra".

La solución que propone el representante del Instituto Lexington es que el Ejército de EE.UU. "acelere enormemente la producción de tanques Abrams" para "modernizarlos a medida que haya mejoras disponibles", debido a que "es demasiado tarde" para comenzar el desarrollo de un nuevo carro de combate.

La mejor opción: modernizar lo obsoleto

El contratista principal del Abrams, General Dynamics, ha propuesto "un plan viable" para modernizar todos los tanques en las brigadas pesadas del Ejército de EE.UU. en cinco años —implicaría casi cuadruplicar los gastos, pero el artículo no enfatiza ese dato— que encajaría en el objetivo declarado por el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, de reducir el costo unitario de cada nuevo vehículo militar.

Esa iniciativa "contempla la producción de 22 tanques al mes, en lugar de los cinco propuestos por la Administración de Obama" y reduciría el costo de cada unidad "un 15 %", asevera Loren Thompson. Con esa afirmación, revalida la promesa del consorcio, que indicó que podría conseguir esta aceleración en 18 meses a partir de firmar un contrato con varios años de vigencia.