Durante una semana, hasta el próximo 28 de julio, la Marina de Guerra rusa se entrenará en el mar Báltico conjuntamente con varios buques chinos. El mando naval ruso destaca entre ellos al destructor Changsha y la fragata Yuncheng. Tardaron más de un mes en cruzar océanos tras zarpar de las costas chinas.
El número total de buques participantes asciende a una decena. También se entrenarán las tripulaciones de 10 aeronaves. La dirección de los ejercicios se efectuará desde el puerto ruso de Baltíisk, en la provincia de Kaliningrado.
Creciente alcance
Los ejercicios, bautizados 'Cooperación naval 2017', están divididos en dos etapas. La segunda se celebrará en los mares de Japón y de Ojotsk y terminará a mediados de septiembre.
Los Ministerios de Defensa de ambos países reafirman el carácter pacífico de las maniobras, que no están dirigidas contra terceros países.
El mando del Ejército Popular de Liberación de China ha declarado que tiene programado entrenarse en el "mantenimiento conjunto de la actividad económica segura en el mar", según cita RIA Novosti. El Ministerio de Defensa de Rusia enfatiza a su vez el "estrechamiento de la amistad y la cooperación" entre la Marina de Guerra rusa y la Armada china.
Este mes el Mediterráneo ya fue testigo de una demostración del creciente alcance global de la Armada china, cuyos buques llevaron a cabo allí unos ejercicios de fuego real de camino a su encuentro con los rusos. La flotilla encabezada por la mencionada fragata Yuncheng disparó varias veces contra unos blancos flotantes.
Nerviosismo occidental
El evento militar conjunto ha provocado una reacción algo nerviosa en la OTAN. En opinión del ministro de Exteriores lituano, Linas Linkevicius, según la citó 'Newsweek', la colaboración chino-rusa en el Báltico "amenaza a la estabilidad en la región". El ministro de Defensa de Polonia, Antoni Macierewicz, comparte esta opinión. Es más, a su juicio, la amenaza es para "el mundo libre".
"Durante muchos años Rusia y China intentaban disimular la alianza estratégica, que los une", declaró Macherevich. "Trataban de dar la impresión de que tal alianza no existiera".
El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, estuvo más comedido en su comentario sobre las maniobras, prometiendo estar atento a los ejercicios cerca de las fronteras de los países bálticos.
No es una alianza, sino solidaridad
La escala y la frecuencia de los ejercicios conjuntos de las dos grandes potencias efectivamente han aumentado desde el 2014. El momento de giro puede ser asociado con la profunda crisis política en las relaciones rusas con Europa y EE.UU.
No pasó desapercibido para los medios que solo en el 2016 el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, se reunió varias veces con su par chino, Zhou Bo. Este 7 de julio los ministros firmaron una 'hoja de ruta' sobre la cooperación en materia militar para los años 2017—2020.
Un comentario sobre las sospechas de los países vecinos de Rusia ha sido recibido por RT desde el Instituto de Oriente Extremo de la Academia de Ciencias de Rusia. El colaborador científico Alexánder Lómanov pronosticó que "el propio término 'alianza militar' no aparecerá en el lenguaje diplomático en el futuro próximo entre Rusia y China". No obstante, en su previsión, habrá una coordinación y comprensión mutua cada vez mejor en distintas áreas.
El científico admitió que quizás no habrá ninguna "proclamación formal de la alianza", pero Moscú y Pekín seguirán estrechando los lazos. Además, las maniobras conjuntas en una región como el mar Báltico son una manifestación de solidaridad china con Rusia.