Gürtel, Púnica, Lezo, Nóos, Acuamed, Arena o Bárcenas. Estos son solo algunos de los casos de corrupción que han salpicado en los últimos años al Partido Popular (PP). La formación que gobierna España no solo se ha convertido en el primer partido político español que está imputado en un proceso judicial, sino que, además, su máximo responsable y presidente del país, Mariano Rajoy, comparecerá el miércoles como testigo de una de las tramas de corrupción más polémicas, la Gürtel, en la que están implicados, supuestamente, varios altos cargos del partido.
Desde los años 90, la corrupción no se encontraba entre las principales preocupaciones de los españoles. Pero, según las últimas encuestas, los continuos escándalos han provocado un malestar sin precedentes en la sociedad. "Llevamos 4 años y medio en los que la corrupción y el fraude son considerados el segundo problema que tiene España para los ciudadanos", afirma la politóloga Marta Romero.
El PP ganó las anteriores elecciones, pero perdió la mayoría absoluta
Sin embargo, en las últimas elecciones, celebradas en junio e 2016, los españoles volvieron a dar la victoria al PP, aunque con una diferencia de casi dos millones y medio de votos sobre su principal rival, el Partido Socialista (PSOE). Tras varios meses de bloqueo institucional, en el que los grupos de izquierda no consiguieron llegar a un acuerdo, Rajoy era reelegido presidente en la Congreso de los Diputados gracias al apoyo de Ciudadanos y la polémica abstención de los socialistas.
Aun así, el PP perdía la mayoría absoluta con la que había gobernado durante los últimos cuatro años. "El Gobierno de Mariano Rajoy pierde uno de cada tres votos y es el partido gobernante que mayor caída tiene en las urnas en la historia de nuestro país", explica el politólogo Lluís Orriols.
Y es que la corrupción política se ha convertido en el principal peligro para la credibilidad del Gobierno español. La mayoría de los electores consideran que el PP es el partido más corrupto del país e, incluso, muchos de sus propios votantes, consideran que el PP no está haciendo lo suficiente para cortar este problema de raíz.
Rajoy, primer presidente español en activo que declara en una vista oral
"Hay que acabar con la corrupción, es mi forma de pensar. Y si el PP no toma medidas para acabar con esto, yo creo que no se merece mi voto", critica Juan Manuel Herrero, un autónomo madrileño de clase acomodada que apoyó al PP en las últimas elecciones, por lo que considera una buena gestión económica. Sin embargo, asegura que la formación no tiene un cheque en blanco.
De hecho, el PP perdió tres millones de votos en los pasados comicios, en los que dos formaciones nuevas, Podemos y Ciudadanos, pasaron a tener una amplia representación en el Congreso, tras sumar, entre las dos, unos ocho millones de votos. "No se puede tolerar eso. No voto al Partido Popular y se acabo… Ya las dos últimas veces no le he votado", denuncia una ciudadana.
Ocho años después de que saltara a la luz pública la trama Gürtel, quienes parecen haber quedado en el olvido son personas como Ana Garrido, la exfuncionaria que destapó el caso. "Tuve que renunciar a mi trabajo a pesar de haber ganado sentencias por acoso laboral contra el Ayuntamiento de Boadilla, he recibido amenazas de muerte…", explica Garrido, que ahora vive apartada de los focos en una isla española y se gana la vida vendiendo bisutería.
Este miércoles, con la comparecencia de Rajoy en la Audiencia Nacional, el PP tendrá otra imagen más manchada por la corrupción. Es la primera vez que un presidente del Gobierno español en activo presta declaración en una vista oral, pero todavía es pronto para saber si conllevará algún tipo de coste político.