Los creadores de los cazas rusos de sexta generación —que reemplazarán a los T-50 (PAK-FA)— siguen desarrollando el concepto de producir estos futuristas aviones militares en dos versiones, una tripulada y la otra no, ha declarado a la agencia TASS Vladímir Mijéiev, asesor del primer vicedirector de la corporación rusa Tecnologías Radioelectrónicas (KRET, por sus siglas en el ruso).
En este sentido, ha apuntado que, a diferencia de la versión que requerirá de piloto, los cazas no tripulados tendrán una capacidad más alta de maniobra: podrán alcanzar velocidades supersónicas y entrar en el espacio cercano, esto es, llegar a altitudes de entre 20 y 100 kilómetros sobre el nivel del mar. Asimismo, estarán equipados con armas electromagnéticas.
En cuanto a su armamento, Mijéiev ha revelado que estos cazas de sexta generación dispondrán de municiones electrónicas guiadas, armas de supresión y destrucción radioelectrónicas y armas de destrucción "casuales".
Asimismo, ha afirmado que están trabajando en el desarrollo de láseres capaces de "destruir físicamente las cabezas de autodirección de los misiles enemigos, o, expresándolo de otra forma, quemar los 'ojos' de los misiles que nos 'miran'".
Además, los aviones estarán equipados con un sistema óptico "multi-espectral" capaz de operar en una gran variedad de bandas: en la láser, la infrarroja o la ultravioleta, entre otras, y podrá obtener mucha información adicional sobre su entorno. También se planea dotarlos con un radar fotónico.
La semana pasada, el comandante en jefe de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Víktor Bóndarev, declaró que los cazas de quinta generación T-50 que fabrica la compañía Sukhoi ofrecen al piloto recursos ilimitados de pilotaje y de combate.