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"Al principio no me iba tan bien": Un argentino triunfa en la Olimpiada Internacional de Matemática

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Tras el certamen, Argentina quedó posicionada como el mejor país de Iberoamérica en la materia.
"Al principio no me iba tan bien": Un argentino triunfa en la Olimpiada Internacional de Matemática

Ian Fleschler, de 17 años, obtuvo el puesto 14 de 615 participantes y así se quedó con la medalla de oro en la 58ª Olimpiada Internacional de Matemática (OIM), en Río de Janeiro, logrando la mejor marca de la historia para un argentino. Además, el resto de la delegación 'albiceleste' sumó dos medallas de plata, una de bronce y dos menciones honoríficas, y con todos estos logros el país alcanzó el puesto 26 en el 'ranking' de 112 naciones. 

"No soy muy futbolero", admite Ian, y tal vez por eso no sintió la presión para conseguir la hazaña en Brasil. En efecto, este joven intelectual logró lo que la Selección Argentina de fútbol no pudo en el Mundial 2014: llevarse el máximo galardón al Río de la Plata, y quitarle a sus compatriotas la frustración deportiva que sobrevoló desde la final perdida con Alemania. Sin embargo, poco le interesaban al protagonista esos sentimientos.

El matemático vive con sus padres, es hijo único y el 1° de mayo cumplirá 18 años, el mismo día en que se celebra el Día Internacional del Trabajador. Sobre esfuerzo y dedicación, aun siendo menor de edad, ya aprendió bastante. "Al principio no me iba tan bien", destaca, y recuerda: "Arranqué a competir a los 10 años en las olimpiadas de la escuela primaria, pero perdía en las primeras rondas".

La autosuperación, como un juego

A pesar de conocer la derrota a tan temprana edad, Ian nunca dudó de su amor por los números: "Siempre me gustó la matemática, me apasionaba realmente". El aprendizaje y la perseverancia del estudiante demuestran que el oro no llega por arte de magia: "Me sentaba a pensar problemas que presenten desafíos, entonces me lo iba tomando como algo personal, por el hecho de superarme a mí mismo todo el tiempo, como un juego".

La autosuperación lo llevó a plantearse objetivos altos: "Mi meta final era la más ridícula e imposible que se me pudiera ocurrir, alcanzarla sonaba increíble. Pero saqué la medalla de oro, puse todo lo que pude y llegué donde estoy ahora", destaca. El año pasado ya había obtenido la misma condecoración en la Olimpiada Iberoamericana de Matemática, y al respecto señala: "Cuando terminó dije 'ya está, mi objetivo es el oro en la Olimpiada Internacional'".

Sobre el último certamen, el ganador explica que había dos exámenes de cuatro horas y media cada uno, con 6 problemas en total para resolver. Cada ejercicio resuelto de forma exitosa sumaba 7 puntos, pero también había puntajes parciales según los avances del participante. "Si consideran que lo realizado no obtuvo ningún progreso real, tenés un cero", subraya Ian. Copiarse de algún compañero o divagar en la hoja no eran opciones. Además, sobre los reconocimientos, Fleschler comenta lo que significa el 'corte de medalla': "Para tener un oro hay que superar los 25 puntos, yo tuve 28", se enorgullece.

En cuanto a su preparación, resalta que hizo "varios problemas que entraron en pruebas anteriores, enunciados que ya estaban publicados de olimpiadas pasadas", y suma que "tenía libros y dos entrenadores". Este entrenamiento duró un mes y se desarrolló en Ciudad Universitaria ―un predio de la Universidad de Buenos Aires―, organizado especialmente para la competición.

"Todavía estoy procesando todo, me falta un tiempo para eso, este es el primer día que estoy un poco más tranquilo", le confiesa a RT en medio de la entrevista. De la noche a la mañana, la vida de este alumno cambió para siempre: "Me siento otra persona, esto fue un viaje de ida". Por otro lado, relata cómo fue volver a su país tras conseguir la gloria: "Fue muy emotivo, vinieron un montón de amigos re contentos a recibirme en el aeropuerto".

Vivir investigando

Desde que obtuvo la medalla, su nombre apareció en muchos medios de comunicación y algunos importantes políticos locales se acordaron de él: "La vicepresidenta me felicitó públicamente por Facebook. No sé cómo me siento con eso, no termino de caer totalmente". Por otro lado, se sincera: "No puedo pensar realmente en el significado para el país en sí, lo siento como un logro personal, conseguí algo que buscaba pero no esperaba".

Además, entre risas comenta que no sabe cuál será su próxima meta, aunque de algo está muy seguro: "Después de la secundaria quiero estudiar matemática pura en la Universidad de Buenos Aires (UBA), quiero vivir investigando". Actualmente es alumno de la escuela técnica ORT, una prestigiosa institución privada con educación judía, ubicada en la capital argentina.  

Por otro lado, destaca el entorno de su familia, los amigos y el colegio: "Creo que si una de esas partes no hubiese estado, no estaría donde estoy ahora", aunque se lamenta porque el último mes entrenó demasiado y no pudo ayudar a sus compañeros de clase con sus tareas. Para concluir el reportaje, Ian les deja un mensaje a los lectores: "No paren hasta lograr sus objetivos, no están acotados por nada".

Leandro Lutzky

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