Stu Bonsall, un hombre de 45 años de Lancashire (Reino Unido), le salvó la vida a su hija Megan, de cuatro semanas, tras notar "algo diferente" en el sonido de su llanto, informa 'The Independent'.
Cuando decidió llevar a su bebé al hospital, le diagnosticaron un caso de sepsis que ponía en peligro su vida. Según el Servicio Nacional de Salud británico, si no se administra un tratamiento rápido, esta enfermedad puede causar fallo en múltiples órganos conduciendo a la muerte.
"Confíe en su instinto"
Bonsall y su esposa Tracy animan a todos los padres del mundo a confiar en sus instintos: "Fácilmente podría no haber hecho nada, por miedo a que me dijeran que estaba exagerando. Pero mis acciones le salvaron la vida a Megan. Nunca me arrepentiré de eso", cuenta el padre, añadiendo que todos deberían actuar de manera similar. "Podría salvar la vida de su bebé", aseguró.
Aunque no está claro cómo Megan llegó a contraer esta condición mortal, la sepsis es causada frecuentemente por una infección. Tras su ingreso, le pusieron goteos intravenosos y le indujeron un coma. Al responder bien al tratamiento, la despertaron tras tres días. "Una semana después, Megan pudo ir a casa y ahora es una niña feliz y saludable", indica Bonsall.
Los síntomas comunes de la sepsis en niños menores de cinco años incluyen respiración rápida o sensación de frío anormal al tacto, entre otros.