La trágica historia de un soldado de origen mexicano al que EE.UU. dedicó un nuevo destructor
El 28 de julio en la base Aeronaval de North Island (California, EE.UU.) tuvo lugar la ceremonia de nombramiento del destructor lanzamisiles guiados de la clase Arleigh Burke (DDG-115) en honor a Rafael Peralta, sargento estadounidense de origen mexicano que sacrificó su vida para salvar a sus compañeros. Al evento asistieron más de 2.000 personas.
Durante la ceremonia Robert Neller, comandante del Cuerpo de Infantería de la Marina de Estados Unidos, señaló que se trata de "una conmemoración a una vida y a la inmortalidad de un héroe. El legado del sargento Peralta y su historia siempre formarán parte de esta embarcación, todo lo que él siempre quiso fue ser un estadounidense, servir a su país".
El sargento Rafael Peralta se alistó en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos en el año 2000, al día siguiente de recibir su permiso de residencia permanente. Murió en noviembre de 2004, durante un operativo en Irak, en el que cubrió con su cuerpo una granada, absorbiendo la mortal explosión que lo mató instantáneamente. De ese modo, Peralta salvó la vida de sus compañeros, quienes solo resultaron con algunas heridas.
Sgt. Rafael Peralta was awarded the Navy Cross after sacrificing his life by absorbing the blast of an enemy grenade and shielding Marines. pic.twitter.com/gLC2BufdXA
— Military Support (@MilitaryEarth) 9 de julio de 2017
En el Día de los Caídos en Guerra de 2005, George W. Bush citó a Peralta como un ejemplo de heroísmo; sostuvo que el soldado "comprendió que Estados Unidos se enfrenta a peligrosos enemigos, y supo que se requieren sacrificios para derrotarlos". En 2015 le concedieron la Cruz de la Armada póstuma, que le fue entregada a la familia en una ceremonia en la base del Cuerpo de Marines Camp Pendleton.
Gen. Robert B. Neller, Commandant of the Marine Corps, top right, poses with Sgt. Rafael Peralta's family members and a...
Опубликовано Stars and Stripes 29 июля 2017 г.
La madre del sargento, Rosa María Peralta, declaró acompañada de sus hijos que "todas las personas que están en ese barco tienen la fuerza de mi hijo y tienen un poco del espíritu que él tuvo y que tiene, él tiene, él no ha muerto, para mí él vive en ese barco y con cada uno de esos muchachos".
La familia de Rafael Peralta donó la condecoración y el uniforme para que acompañen a los más de 300 tripulantes del buque de guerra nombrado en honor a Rafael Peralta.